Sí señores, señoras, amiguitos, amiguitas y lectores varios: pañuelos blancos de petición para Tinta y oro y nueva faja con el ansiado "2ª edición" impreso.
Y no olvido que esto es gracias a todos los que me están apoyando, a los que me están abriendo las puertas de sus medios de comunicación y haciendo que la gente conozca este mi primer libro y quiera leerlo.
Medios como, por ejemplo, Aragón Televisión, donde Tinta y oro se presentó el miércoles, en el magazine matinal "Sin ir más lejos". Estar allí y conocer personalmente a una compañera y aficionada de la talla de Inés Ballester fue un lujo. Y poder recordar a Carril con Paloma Barrientos, ni os cuento. Y llevarme de regalo las sonrisas y el afecto de Susana Luquin y Jesús Nadador (además de Roberto Llena, claro, que leyó mi libro de cabo a rabo y me regaló los oídos con sus elogios de mis metáforas)... Un sueño continuo, en fin.
Recién llegada de Zaragoza (Ave Ave... o larga vida a la Alta Velocidad Española), una ración de sentimiento y de solidaridad torera con Gustavo Pavón, creador de Arte y Nobleza, y su exposición taurina a beneficio de la Fundación Ande en Colmenar de Oreja.
Allí me di el lujazo de compartir mesa con una amiga y compañera que se está volcando con mi proyecto, Mª Ángeles Castro, y con un amigo que siempre ha estado a mi lado cuando le he necesitado: Juanvi de la Calle, tan profesional o más (con perdón, pero es que aquí me permito el lujo de no ser políticamente correcta) que Victorino Peña, que junto a Juanvi habló sobre los vericuetos de la profesión de mozos de espada.
¡Ah! Reconocieron públicamente (la primera vez que oigo semejante confesión de boca de profesionales) que sobres, haberlos, haylos. Ahora se llaman cuentas corrientes. Parecen más limpios pero huelen igual de mal.
Foto: MasToros