Cuando somos conscientes del amor que hay en nuestra vida, podemos olvidar rápidamente los problemas. La gratitud es una excelente manera de dejar de concentrarnos en las situaciones negativas y fijar nuestra atención en lo que está bien.
La semana pasada estuvimos trabajando la gratitud. Esta fortaleza nos ayuda a enfrentar los reveses de la vida cotidiana y a disfrutar con plenitud de nuestros momentos. Gratitud proviene del latín gratitudo y significa bien recibido. La persona que desarrolla esta actitud se presenta ante la vida recibiendo de buena gana todo lo que venga, desde los pequeños detalles hasta los problemas, puesto que detrás de ellos siempre hay una gran sabiduría y aprendizaje. si enfrentamos los inconvenientes con actitud de gratitud todo se torna posible y la vida cobra otra dimensión más positiva y beneficiosa.
Una forma de practicarla es así:
- Sentir la belleza en los pequeños y grandes detalles y sentir gratitud por ello.
- Agradecer sinceramente de viva voz o por escrito a alguien que te haya sido útil.
La gratitud debe empezar por nosotros mismos, es importante escuchar a nuestro cuerpo que constantemente nos muestra sus necesidades. Para poner esto en práctica os propongo un ejercicio que se llama "Agradécete a ti mismo":
Cada día nos levantaremos 10 minutos antes, tomaremos conciencia de nuestra expresión facial, de nuestra piel y de todo nuestro cuerpo.En la ducha nos daremos un masaje con la esponja y el gel siendo conscientes de lo que sentimos al hacerlo.
Si nuestra piel está seca nos aplicaremos crema hidratante.
Seremos consciente de la agradable sensación que sentimos en todo nuestro cuerpo.
También es bueno saber que como toda fortaleza no puede ser usada en exceso. Cuando utilizamos en exceso la gratitud puede que demos la impresión de falta de sinceridad. Por ello saber utilizarla en el momento o con la persona adecuada puede ayudarnos a utilizarla de forma más adaptativa.
Hay multitud de libros para trabajar la gratitud. A continuación os dejo dos, que para mí han sido especiales y los utilizo con frecuencia en las terapias.
El primero es para niños y se titula "Diario de la Gratitud". Es un libro-cuaderno en el que puedes escribir lo que sientes cada día y, también, qué motivos has encontrado para estar agradecido. Contiene, además, una animación gráfica y ochenta y cinco frases motivadoras.
El segundo se titula "Gratitud" y es de Louise L. Hay. Durante su lectura nos instan a ver y valorar lo que tenemos en lugar de preocuparnos por lo que no tenemos, y también,n nos enseña a agradecer los malos momentos, porque nos hacen más fuertes y más sabios. Nos aseguran que no se puede estar agradecido y ser desgraciado al mismo tiempo, y que todos podemos dar gracias: lo único que necesitamos es estar dispuestos a hacerlo. Y nos recuerdan que a nuestro alrededor existe un mundo lleno de maravillas. La vida es un regalo y, tal como dice la escritora, al Universo le gustan las personas agradecidas.
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