No importa que sean dos horas viéndolos tomar té en alguna biblioteca, simplemente cuando reúnes a tan prestigiados personajes del género de acción es motivo suficiente para hacerles una visita en el cine.
Lo único que temo es que son demasiadas estrellas para darles a cada uno el tiempo necesario, digamos que de brillar. Aunque de alguna forma debe de existir algo de equilibrio al ser unos actores más comunicativos que otros, como por ejemplo Jet Li o Chuck Norris, que resultan más efectivos cuando están callados. Ni que decir del acento ruso de Van Damme que parece que ser una parodia, de por sí que casi no actúa y al pobre le ponen esa desventaja.
Me agrada que exista un tono cómico ante tanta barbarie, en especial el gag de Arnold subiéndose a un auto compacto. Créanme que me saco algunas carcajadas. Después de todo, esta película no es de tomarse en serio y me da gusto que lo sepan.