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Segundos fuera...

Publicado el 02 agosto 2011 por Manuelmarquez
Segundos fuera...* Esta entrada fue publicada originariamente en mi antiguo blog —El (viejo) glob de Manuel—, y bajo la etiqueta "Medios", el 6 de febrero de 2006.- 
Sobre la relación entre Internet y los medios de comunicación convencionales, en todos sus soportes, es tantísima la tinta vertida (tanto "cibertinta", como de la de verdad...), que es fácil caer en la tentación de pensar que no merece la pena aportar nada más, en la medida en que, con toda probabilidad, no será nada nuevo, ni siquiera en lo que respecta a su formulación (¿existe alguien que tenga la certeza plena y permanente de que aquello que escribe no ha sido ya escrito? Le arriendo la fórmula, y a muy buen precio...). Así pues, resistamos y avancemos, ciñéndonos, en cualquier caso (para no divagar más allá de lo que ya es esperable en teorizaciones de este cariz), a un aspecto muy concreto, que es el del papel de intermediación de los medios.
En un mundo complejo y extenso, como es éste en el que nos movemos, el volumen de fuentes originarias de información, más allá de la propia realidad (las cosas que pasan, para entendernos), y en todos los ámbitos de interés informativo (lo que, en un orden académico, se entenderían como secciones) es bestial, inconmensurable. Y hasta no hace mucho, dichas fuentes sólo tenían una vía para hacer llegar la información generada a un público abierto, y ésta no era otro que la de los medios de comunicación. En consecuencia, quedaba reservada a éstos una misión de, por un lado, altavoz (sólo la presencia en ellos garantizaba que lo que la fuente quería transmitir podía llegar a un receptor inespecífico), y, por otro, filtro (ante un volumen tan inabarcable, el medio tenía que seleccionar necesariamente, y ahí operaba ya con criterios más o menos admisibles desde un punto de vista moral, pero, en cualquier caso, de aplicación ineludible). ¿Qué confería a los medios la atribución de esa "doble llave"? Algo muy elemental: una posición privilegiada, y, asociada a la misma, poder, un poder inmenso.Internet no ha acabado, evidentemente, con el segundo de los papeles antes descritos -el de filtro-, porque no es ésa su misión, ni su vocación, ni su enfoque. Pero el papirotazo que ha asestado a los medios convencionales en su papel de altavoz ha sido tremendo, impresionante, y de un alcance que, muy probablemente, resulta aún hoy muy difícil de medir.
Siguiendo las recomendaciones del ínclito entrenador bilbaino Javier Clemente, bajaré del árbol, y les pondré, amigos lectores, un ejemplo de un caso concreto que he podido conocer bien, por mi experiencia personal y que, posiblemente, ilustra a la perfección y da concreción práctica a los apuntes teóricos delineados en los párrafos anteriores. Les hablaré de Amnistía Internacional.
Como muchos de ustedes sabrán, Amnistía Internacional es una de las más importantes Organizaciones No Gubernamentales del mundo, y se dedica al trabajo de defensa y salvaguarda de los derechos humanos en un ámbito y perspectiva universales, con especial incidencia en la lucha contra las violaciones que se cometen contra los más inherentes a la condición y dignidad de la persona. Viene desarrollando esta tarea desde su fundación, en 1961, y en el éxito de sus iniciativas -reconocido, a día de hoy, de forma prácticamente únanime- siempre ha tenido una importancia fundamental el papel de los medios, en la medida en que los mismos eran ese altavoz que permitía dar a conocer los casos individuales por cuya resolución abogaba la organización.
Aun con una presencia importante en los medios, contando con su colaboración, su simpatía y su apoyo, seguía existiendo un problema frecuente. ¿Cuál? La discordancia entre lo que era foco de interés informativo (en función de los criterios propios de los medios) y lo que era objeto de trabajo prioritario para Amnistía Internacional; esa discordancia generaba una "oscuridad informativa", un "trabajar fuera de foco", que mermaba considerablemente -en la medida en que la difusión y, consiguientemente, la captación de apoyos era mucho menor- las posibilidades de éxito de una acción.
Las cosas han cambiado, en ese sentido, enormemente. Para Amnistía Internacional sigue siendo importante, fundamental, contar con una fuerte presencia en los medios, y en pos de ello se sigue trabajando de manera intensa y sistemática. Pero los medios ya no son la única vía para dar a conocer las vías de trabajo y las acciones de la organización. Y la capacidad de movilización que se genera a través de las campañas que se ponen en marcha vía web ha demostrado unas potencialidades auténticamente impresionantes.
Extrapolen ustedes las circunstancias del caso narrado a cualquier otro ámbito de su interés vital (creo que huelga ya a estas alturas que les diga que uno de los míos, y prioritarios, es el del trabajo por los derechos humanos), y saquen sus conclusiones. Menos cancha para los intermediarios -aun cuando les siga quedando un inmenso terreno de juego-, o segundos fuera. ¿A las puertas de una auténtica revolución? Sigamos atentos...
* APUNTE DEL DÍA I: recién publicada en Suite101 una reseña sobre la versión "moelna" de "El cartero siempre llama dos veces" (de la antigua también hay una en esta casa...).-
* APUNTE DEL DIA II: pronto, reseña de "Lunas de hiel", de Polanski, también en Suite101. Mañana, quizá, o pasado mañana, no sé...
* APUNTE DEL DÍA III: tengo ganas de darle algo más de continuidad, y forma (musiquillas de fondo, organización, secciones y demás), a ese esbozo de podcast que arranqué hace poco. Pero me falta técnica (eso se cura con el aprendizaje...) y tiempo (eso ya está más "joío"...). Ya veremos...

* APUNTE DEL DÍA IV: hace bastante menos calor que el acostumbrado en estas fechas. Pero nada de confianzas, que esto tiene poco recorrido...

* Antecedentes penales-El (viejo) glob de Manuel XII.-

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