Recuerdos que Transitan Libremente
<< El cielo de Santiago de Chile es un pobre cielo,
no vale la pena nombrarlo>>.
Un hombre sin destino escucha a
Charles Aznavour, “Que C’est Triste Venise”,
como el viento a contra luz en un día
sin sentido.
Deambulará entre el smog en busca de una mirada,
silencioso, ebrio y sin perder aún la imaginación
irá por un beso que le arrebató la madrugada.
Nada lleva en sus bolsillos cuando el instante asoma
la desazón pierde el rumbo en sus zapatos
ninguna costumbre lo espera antes de llegar a su destino
solo la fuerza de su indigencia
transforma a sus sombras en visitas.
Nada turba el gesto de la vida licenciosa
Nadie advierte la herida de un suicida,
la ciudad pierde el equilibrio
la desesperanza urde el camino equivocado
en el rostro de un pordiosero.
Duele la precaria existencia del amor que se arrodilla
en los bares,
la madrugada que se inclina con una copa trasnochada
la prédica hereje de los mercaderes de la violencia.
Cae una musa apuñalada por una dosis
de cocaína.
A nadie turba el gesto de la vida licenciosa.
Una mujer diseña el olvido
Este día con mejor vida se apodera
pone en duda la fotografía de los amantes
como la mercancía que se transan en las cunetas
con el inhóspito sudor que deja el tumulto
y la lluvia que se moja bajo los paraguas.
Entonces no es extraño que el viento juegue
con la mentira de una primavera,
una mujer que diseña el olvido
en un agujero de la luna.
Deja que otro la encuentre ahora
y que la noche llame a su corazón
para desterrar su triste anonimato.
Cerca del “Pasapoga” la encontrarás,
con los ojos mojados
golpeando con el corazón para que alguien le responda.
Discurso de Doble Fondo
Al comienzo dijimos no a la letra chica
y terminamos aceptando la usura
sublimando las bondades del sistema económico.
Y todos fuimos presa fácil del retail,
mártires y víctimas
que al unísono tropezamos dos veces
con el mismo discurso de
doble fondo.
Hoy no queda otro camino que sumarnos
a un ejército de enajenados mentales,
o la organización de cínicos graduados en la
academia.
Mañana aparecerá una nueva
“liquidación por saldo de retazos”
y otros serán los incautos que fomentaran
la publicidad engañosa.
Una flor tiene aroma a celulosa
Una flor tiene aroma a celulosa,
en el cementerio de Huara
tiene el rostro de un ataúd
y la majestuosa calma de una fotografía.
La tarde pierde la misma batalla
un fúnebre cortejo que reúne a los mismos muertos.
A duras penas el sol arrastra su propio siglo
camina de espalda a la esperanza
envejece de miedo la sombra de las salitreras
el olvido fosforescente que aroma la pampa
con antiguos barcos a la deriva
que perdieron la esperanza.
Cada noche las estrellas mueren sin que nadie
lo sepa
un tren que agoniza en los labios de un cigarro
una antigua melodía trepan por el recuerdo.
Una orilla de Puerto Colombia
(a sus inmigrantes que construyen la vida)
El silencio de esta tarde
trae un tatuaje de jarcias,
la melodía de un acordeón
un barco fantasma que navega en el Atlántico.
Si algo queda de esta travesía
será el recuerdo de una mujer
que camina hacia una noche de mayo
con el aire satisfecho de un sueño.
Prisionero en la distancia
cae el agua sobre el malecón
con el azul morado del amanecer
dispuesto a atormentarme.
¿A dónde regresa la sombra que me lleva contigo?
< Mis amigos me preguntan el por qué
de algunas cosas,
me ofrecen un abrazo en la antesala de la despedida >.
No conozco la historia
que me trajo hasta aquí.
Solo el silencio de una fotografía
cruza para olvidarme.
Eres el preámbulo de la locura
Aquí sobra el tiempo
para detenernos en nosotros mismos.
No se requiere pasaporte alguno
para ingresar o salir del corazón,
el mundo está siempre donde nosotros
estamos.
No existen desafíos entre tú y yo,
salvo desnudarnos esta noche
para no ir a tientas,
ni tropezar con la sombra que pierde la esperanza.
¿Cómo podría lo nuestro ser de otra manera
si eres el preámbulo de la locura,
el vendaval de una pasión?
Cualquier buscador de tesoros
daría su vida por encontrarte.
Te escribo para no envejecer
Silenciosa la aldaba cierra la puerta
y deja escapar los últimos comentarios,
la cotidiana historia de Antonin Artaud
la vida que atraviesa tu nombre con un poema.
Sobre la mesa,
este domingo el aroma satisfecho del brandy,
navega hacia las costas de Marsella
la calma, el humo y los rumores
vuelven de las hogueras y de los patíbulos.
Duele todavía en todos los naufragios
que un corsario regrese con sus fantasmas
eróticos que desemboquen en tu cuerpo
sin pudor ni cortesía.
Te esperé sentado al medio del océano
sin otro motivo que una despedida.
Duele envejecer
y apoyarse en el aire
comprender que se ama
no tan solo las canciones felices,
también aquellas que nos envejecen.
Entonces no podrás imponer fronteras,
este amor no sabe detenerse
extravió su carta de navegación
para seguir soñando.
Sobre el autor
Pablo Cassi, (1951) Aconcagua, Chile. Ha publicado los libros: “Para un Peregrino Distante” (1978); “Poemas para un Niño con Sonrisa de Primavera” (1983); “Intimo Desorden” (1985); “Secreta Convicción” (1987); “Tu prójimo inevitable” (1989) y “El amor se declara culpable” (2009). En narrativa los volúmenes “Cuando se Aproximan los Sábados y otros Cuentos” (1981) y “La Espantosa Virginidad de las Feas y otras Historias” (1985).
En reconocimiento a su labor ha recibido 30 distinciones tanto a nivel nacional como internacional, destacándose las obtenidas en España, Argentina, Guatemala, Paraguay, México, Italia y Chile. En 1985 obtiene el Premio Municipal de Poesía Ciudad de Santiago, Chile, por su libro “Intimo Desorden”. Parte de su obra ha sido publicada en revistas, periódicos y antologías de España, México, Italia, Francia, Ecuador, Argentina, Perú, Costa Rica, Venezuela, Estados Unidos, Paraguay, Colombia y Uruguay. Trabajos del autor han sido traducidos al francés, italiano, inglés, portugués, holandés y alemán.