Después de aquella vez laberinto era terror, dos palabras que significaban lo mismo.
-Me temo que tu plan no podrá funcionar esta vez.
- ¿Por qué no?- preguntó casi exclamando.
Por qué no... ¿Cómo iba a poder explicar este presentimiento? Él ya era leyenda cuando pudo penetrar al laberinto, matar a la bestia y salir con nuestra estratagema, oyendo a lo lejos los sonidos infernales de la ciudad que al sentirse a salvo habían invadido las calles en un éxtasis de triunfo.
Por un corto tiempo dejaron de sentirse amenazados...
Pero otro monstruo volvió a ocupar la cueva, la misma de siempre, oscura, escondida en el más profundo misterio, esparciendo su baba envenenada, su sonido hipnótico y la parálisis del miedo.
-Amor, es que Teseo no existe ni David y su gigante. Solo hay laberintos en donde los monstruos mueren y son reemplazados sin fin.
-Ariadna no abandones, ya lo hicimos una vez y vencimos...
-¿Y cuántas más? Con el único resultado de sufrir y morir en cualquier intento. Ya estamos en un laberinto, ven por favor, este sendero parece hermoso y con otros como nosotros. La bestia anda por ahí y seguramente no tiene salida pero nada nos impide realizar nuestro sueño, esa es la única manera de vencerla.
(El mito de Teseo y el minotauro, el laberinto y Ariadna forman parte de la humanidad.)
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27 semana de Sindel desde su blog Palabras de Sindel Con la palabra "Laberinto"