El sentimiento religioso es un sentimiento que cada vez me es más ajeno. Nací y crecí en la fe católica; fui bautizado y recibí la primera comunión… pero con el paso del tiempo mi creciente agnosticismo se ha ido convirtiendo paulatinamente en ateísmo. En realidad no puedo explicar las razones para esto, simplemente cada vez necesito menos creer en Dios.
Ahora me encuentro en un país que vive la religión y la fe de una forma casi obsesiva. Un país que abarrota las iglesias en esta semana santa. Hace unos días conocí a un joven de 22 años que profesaba una profunda devoción por el catolicismo, algo que un joven español es casa vez más difícil de encontrar. Alguien debería hacer un estudio sociológico que intente explicar por qué en Latinoamérica la religión sube y sube mientras en Europa baja y baja… ¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre estos dos continentes? La elección del argentino Bergoglio como nuevo Papa no podía ser más acertada por dos razones fundamentales: el futuro del catolicismo está en América Latina y el Papa Francisco parece llevar la humildad por bandera, algo que la Iglesia católica necesita urgentemente para mejorar su imagen y su capacidad de atraer a los jóvenes.
Mientras, yo sigo sobrecogiéndome con el arte religioso, con el Requiem de Mozart o con algunas iconografías asociadas a la religión (es imposible negar su belleza y su fuerza plástica) pero siento cada vez más la inutilidad de creer en algo más que en nosotros mismos.