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Tiempo de procesiones, el que de una forma u otra tod@s hemos vivido y vivimos. Mi época preferida del año en la que se adaptan los ritmos a sus horarios y en la que todo se trastoca, porque es la Tradición y son nuestras pequeñas tradiciones.Para los que salen llega el momento grande, preparado durante un largo año, de acompañar su trono, su paso, con la esperanza que otro tiempo, el de la lluvia, no lo frustre.
Los demás compartiremos su ilusión y sus temores porque de alguna forma también somos procesionistas. Viviremos más fuera que dentro esos días, iremos del Encuentro a los reencuentros con los amigos, estaremos en su recogida y volveremos a nuestros rincones, a esas calles o a ese balcón preferido, a la espera del momento mágico cuando oigas el arrastrar del calzado del nazareno, el roce de la túnica de capirote y el martillear de sus hachotes precediendo la luz bailante de tu trono antes que la música lo envuelva todo.