Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un post reivindicativo, deseando, como siempre, que llegue el día en que mujeres y hombres del mundo seamos iguales en derechos y oportunidades.
Primero quiero dejar patentes las grandes luchas que aún siguen abiertas para erradicar las gravísimas violaciones de los derechos de la mujer que suceden en todo el mundo:
En los países árabes: la obligación de vestir el burka o el niqab, la sumisión de la mujer al hombre, la invisibilidad de las mujeres en los asuntos públicos, entre otras.
En los países africanos: la ablación femenina, las violaciones sexuales, las lapidaciones, entre otras aberraciones.
En los países asiáticos: la explotación sexual, la venta de mujeres, la obligación de autoinmolarse de las viudas en la India, entre otras.
En los países occidentales: la violencia de género, educación sexista, las desigualdades sociales y en el trabajo, entre otras.
Aparte de estas grandes brechas que aún siguen abiertas en contra de la mujer, y que duelen mucho, hoy voy a plantear una cuestión más trivial, no por ello menos discriminatoria, que tenemos muy asumida en nuestra sociedad.
¿Señora o señorita?
Una pregunta aparentemente inofensiva pero que encierra una auténtica discriminación social por razón de sexo... ¿O es que a los hombres se les hace esta pregunta? No, en absoluto.
Los hombres, desde que cumplen la mayoría de edad, ya son señores. Y si alguien quiere saber su estado civil, se lo pregunta directamente: ¿Soltero o casado?
Sin embargo, las mujeres, no adquirimos el grado de señoras (que vendría a ser como un reconocimiento social de madurez) hasta que nos casamos, como si le hiciera falta a una mujer estar unida a un hombre para adquirir su reconocimiento social completo. ¡Qué fuerte!
Aparte de la diferencia de trato que recibe una mujer dependiendo de si es señora o señorita, ya sabes: si eres "señorita" los hombres tienen más "licencias" en el trato, y de hecho, te tratarán diferente que si eres "señora", con menos respeto. Lo tenemos tan asumido, que no nos damos cuenta de esta discriminación. Incluso hay mujeres que se molestan si les dicen "señora".
(Es seguro que no han pensado sobre ello).
A mí, cuando me dicen "señorita", me suena a cachondeo. ¿Este hombre me está tomando el pelo o se está riendo de mí? Señorita me suena a "cachito de señora" jajaja. Perdone, soy una mujer hecha y derecha, y soy señora desde que cumplí los 18 años, lo mismo que usted... Y si quiere saber si soy soltera o casada... ¿A usted qué le importa? Tráteme con el debido respeto y punto.