
El otro protagonista, Andreu Perramon es la víctima inocente que no puede escapar a su destino, provocado a consecuencia de unos hechos fortuitos y sellado por una serie de circunstancias adversas que la empujarán inexorablemente a lo largo de la obra. En cierto modo, Andreu Perramon, poeta, es una metáfora de la inocencia. Es el exponente de un idealismo ingenuo, de raíz romántica. Sobre él caerá inevitablemente todo el peso de la justicia. Su padre, el maestro Perramon, no conseguirá que sea absuelto. Su fracaso es evidente. No puede luchar contra una estructura que sobrepasa sus posibilidades de salir adelante.
Una bonita novela ambientada en Barcelona, me encantó.