En Alemania suelen ser muy pero que muy respetuosos. En realidad debería de decir que son formales, que no tiene nada que ver con respetuoso, porque respetar, respetar, lo que se dice respetar... Suelen ser bastante metinches (pero eso lo dejaré para otro post).
Así que en Alemania suelen ser muy pero que muy formales. Tan formales son que, aunque lleves 20 años comprando el mismo pan a la misma hora en la misma panadería, te siguen llamando de usted. Tan formales que tienes que tratar a los padres de tus amigos (cuando eres un niño) de usted (entiéndase también llamarles Frau Müller o Herr Müller, pero nada de nombres de pila). Tan formales que nunca te preguntarán, aunque estés a punto de dar a luz y el embarazo es evidente, que si estás embarazada, que para cuándo es (para mañana, tía, no lo ves, que estoy a punto de reventar?!?!), que qué será será...etc. (Esto último, por cierto, me pasó a mí con mi último embarazo, en el pueblo, que me sentó como una patada en el culo que la gente lo obviase. En España eso sería considerado una impertinencia, aquí es lo normal. No te van a preguntar. Eso sí, resulta que después sabían todos cuándo salía de cuentas, mi Rh, qué nombre le iba a poner y cuántos puntos me dieron. Con un par.)
El formalismo de los alemanes se refleja también en la relaciones familiares, claro está. No son nada cariñosos en general.
Tengo que reconocer que a mí me gusta que NO me atosiguen a los niños, que no les estén agobiando constantemente como si fuesen monitos de feria (haz esto para que te vea la señora...etc.), pero lo de los alemanes ya es pasarse.
Yo a mi hijo le enseño a ser civilizado y cariñoso (esto último con quien debe, o sea, con la familia y con niñas españolas, que como se case con una alemana y me toque una nuera como mi cuñada me da un ataque): a saludar, a dar las gracias, a decir que la comida estaba buena... Lo típico. Pues aquí eso es atosigar al niño, no dejar que sea libre.
Pero es que no tiene ni pies ni cabeza. Me explico: En Alemania está de moda la llamada "crianza respetuosa". Pero no os vayáis a pensar que crianza respetuosa es no agobiar al niño, no señor. Crianza respetuosa en Alemania es dejar a tu hijo a su bola. Para no agobiarte, digo agobiarle.
Yo a mis niños les beso y les rebeso todo el tiempo. Me despido y les saludo amorosamente aunque haya estado fuera media hora. Lo normal, no? Pues no, aquí eso es agobiar.
Cuando vamos a casa de mis suegros, yo enseño a mi hijo a saludar. Aquí no se dan dos besos, vale, pero por lo menos decir "hola" mirando a los ojos. Pues a ellos les parece exagerado. Cada vez que vamos a casa de mis suegros y le recuerdo al niño que salude a Oma, Oma me dice que no pasa nada, que le deje. Cada vez que volvemos de coger aire en España y vemos a mis suegros, le enseño a mi hijo a que salude. Pero me dicen que le deje, que ya saludará. Pues no señora, o le inculcamos la ilusión por los otros desde el principio o cuando el niño ya no sea niño y se convierta en Herr, le va a dar a usted la mano en Navidad cuando vaya a verla al asilo.
Vamos, digo yo que qué tendrá que ver agobiar con ser cariñoso! No pretendo que se estrujen mofletes mutuamente, pero los niños no nacen sabiendo cómo se quiere. Lo aprenden de los que les quieren por cómo les quieren. Si el niño con 3 años, recién llegado de España y sin ver a sus Opas desde hace un mes, la única reacción que ven en ellos es... NADA (porque no les quieren agobiar, que se acerquen ellos si quieren, si les apetece), pues NADA es lo que va a aprender a dar el niño.