Ser del Madrid, ser del Atleti Uno de mis periodistas favoritos, he de reconocerlo, siempre ha sido Juanma Trueba. Me encantaba (cuando oír y adorar la radio no producía urticaria) escuchar sus cierres de El Larguero y siempre he admirado su forma de escribir. Trueba es un tipo culto, algo realmente extraño entre el periodismo deportivo español y lo demuestra casi siempre que puede. El problema del bueno de Juanma, es que trabaja para PRISA y claro, ahí tiene que demostrar que está a la altura de los intereses de la empresa, aunque a veces le cueste por ello hacer el ridículo más espantoso.
Ese tuit lo llevaré en el corazón y, permítanme la propaganda gratuita, otros como yo también se encargan de recordárselo a diario.
Leer a Juanma Trueba tiene sus virtudes y sus inconvenientes, como todo en esta vida. Opinar en el periodismo siempre es gratuito y el periodista tiene que saber que sus opiniones tienen una repercusión posterior que, en algunos casos, puede volverse contra él. Hoy quiero rescatar un artículo de Trueba fechado el 5 de marzo de 2009 y que reza así:
A pesar de que por aquella época el Real Madrid era entrenador por Pellegrini, íntimo amigo de toda la corriente ‘prisesca’, Trueba no dejaba pasar la oportunidad de alabar al Atleti y, si me apuran, darle un palito gratuito y sobre todo muy equivocado al Real Madrid como club, como institución y como forma de vida. En definitiva: ser del Madrid no mola, ser del Atleti sí. Ser de un Madrid ganador está mal, lo que merece la pena es animar al Madrid que va detrás del Barça, al segundón de turno y que pelea hasta el final para quedar relegado a la mediocridad de la medalla de plata. Estupideces supinas que, si me permiten, intentaré corregirle.
Ser del Madrid, amigo Juanma Trueba, impide genéticamente aspirar a la lucha por la victoria, pues conseguirla es el único fin posible. El Real Madrid no puede conformarse con el segundo puesto jamás porque se ha acostumbrado tanto a ganar que ese escalón del podium no le sirve más que para reconcomerse con el amargo sabor de la derrota. Tiene usted la extraña y ‘pagafantesca’ concepción de que la mediocridad del segundo puesto sirve para que las mujeres se fijen en usted y yo no puedo estar más en desacuerdo. Las mujeres o los hombres, consuelan al segundo más por pena que por admiración y quizás por eso lo que para usted es cariño femenino, no sea más que un súbito sentimiento de lástima y compasión.
El Madrid, lejos de usarse como técnica ‘copulatoria’, es mucho más que eso y por tanto necesita como el aire que respira el movimiento constante que lleva a alzar los brazos al cielo con una presea en las manos. No dudo que ser del Atleti (o de cualquier otro equipo) sea lícito y, si me apura, divertido en algunos casos, lo que sí le puedo asegurar es que la sensación de ser simpatizante del mejor equipo de todos los tiempos es mucho más gratificante que lo que pueda ser el consuelo lastimoso de una mujer que acaricia su pelo como a un hermano mientras fantasea con irse a la cama con el campeón de campeones.
Esta es la prensa que sufre el Real Madrid.
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