Revista Ciencia

Ser Voluntario Forestal tiene recompensa.

Publicado el 17 febrero 2010 por Xinquer
El voluntariado es, al menos en España, uno de los instrumentos más eficaces y necesarios para el cuidado y vigilancia del ecosistema forestal.
Muchos de los bosques protegidos españoles gozan en cierto modo de agentes encargados de su custodia; son sobre todo Brigadas forestales, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil y equipos de bomberos especializados en la extinción de incendios forestales, siempre atentos ante cualquier amenaza; en cambio, fuera de las áreas protegidas, la situación es bien diferente; los espacios naturales cuentan con un “anillo de seguridad” que los circunvala con el fin de evitar acciones y accidentes que amenacen el delicado ambiente boscoso, pero los territorios carentes de tal protección son mucho más vulnerables al quedar al margen de las actividades de vigilia y asistencia.
Dado que a pesar de las medidas proteccionistas aplicadas a ciertas zonas privilegiadas, el número de profesionales implicados en su guarda son escasos y sus recursos acostumbran a ser limitados, los bosques españoles requieren de la atención de otra casta de cuidadores; los voluntarios forestales. Reciben el nombre de “voluntarios forestales” aquellos ciudadanos que prestan voluntariamente su tiempo de ocio o parte de éste para desempeñar labores de vigilancia en zonas boscosas, ya sea para fomentar el buen trato del entorno o la prevención y rápida detección de incendios.
La labor realizada por los voluntarios resulta tan vital como loable, pues sin ellos no sería posible proteger de forma eficaz los territorios naturales más valiosos del país; ellos contribuyen de forma altruista al mejor trato de las forestas trabajando en estrecha colaboración con los profesionales desplegados sobre el terreno. Los equipos de voluntarios reciben una formación previa en forma de curso acelerado tanto teórico como práctico, tras el cual son organizados y dirigidos por monitores y técnicos medioambientales para desempeñar las labores previstas. Las tareas programadas varían según las necesidades puntuales que se manifiesten en un entorno concreto y van desde la detección de fuegos hasta la reforestación de áreas calcinadas o deforestadas pasando por informar a los visitantes que se internan en el campo; los voluntarios carecen de autoridad ante otros ciudadanos, pero poseen potestad para comunicar de forma rápida y directa acerca de una infracción a los agentes responsables. Todo voluntario recibe el material que pueda requerir para llevar a cabo la tarea asignada, un seguro personal de accidente y responsabilidad civil y por supuesto tiene costeado cualquier gasto asociado a su actividad, ya sea el transporte, la comida o el alojamiento si éste resulta necesario.
Ser Voluntario Forestal tiene recompensa.Cabe destacar la importancia del voluntariado forestal.
Ser voluntario forestal es muy sencillo, cómodo y no cuesta nada más allá de su esfuerzo e interés por salvaguardar el rico legado natural que representan los bosques españoles; tan solo es necesario presentar la debida solicitud y aceptar los derechos y obligaciones asociados al plan de voluntariado. Los requisitos són mínimos a partir de los 16 años de edad. La solicitud consiste en rellenar un impreso en el que quedan plasmados sus datos personales y los días durante los cuales desea ejercer su actividad así como el horario de disponibilidad; tras presentarse en el registro del Servicio Territorial de Medio Ambiente con una fotocopia del Documento Nacional de Identidad (DNI), recibirá información acerca del plan de voluntariado y será avisado con suficiente antelación cuando sean requeridos sus servicios, respetando siempre sus periodos de disponibilidad indicados.
Los voluntarios gozan de una serie de derechos asociados a cierto número de obligaciones, todas ellas tan flexibles y consideradas como requiere cualquier actividad desempeñada por voluntarios desinteresados.
Los derechos obtenido van desde la recepción de todo el equipo material necesario, la cobertura de gastos y la correcta información sobre sus actividades hasta la asistencia para su traslado. En lo que a obligaciones se requiere, el voluntario se compromete a participar en las labores asignadas durante los días indicados, a respetar las indicaciones del personal responsable así como las normas de convivencia y trato del entorno forestal.
Con este texto pretendo animar a todo lector a inscribirse en el plan de voluntariado vigente en su Comunidad Autónoma; con su interés y el mínimo esfuerzo puede contribuir activamente a preservar uno de los ecosistemas más ricos y se verá recompensado con la satisfacción de colaborar en una actividad muy importante y necesaria para la protección de la diversidad biológica y paisajística del territorio nacional. El periodo mínimo de compromiso es de diez días, los cuales son establecidos por el voluntario según su disponibilidad, pero al final de los mismos recibirá un Certificado que acredita su condición de voluntario, constituyendo todo un ejemplo para la sociedad. Piénselo, con el voluntariado, todos ganamos.

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