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Sergi Pujadó, arquitecto, convierte la edificación en tranquilidad

Publicado el 11 diciembre 2025 por Emprendedores De Hoy

Sergi Pujadó, arquitecto, convierte la edificación en tranquilidad

El sector de la promoción inmobiliaria y la nueva edificación atraviesa una etapa de transformación. En un mercado donde los márgenes se ajustan, las normativas se endurecen y las exigencias del comprador final son cada vez mayores, el papel del estudio de arquitectura ha debido evolucionar. Ya no basta con entregar un diseño atractivo; la viabilidad económica y técnica de un proyecto es tan crítica como su estética. En este contexto, la «solvencia creativa» deja de ser un concepto abstracto para convertirse en un activo tangible: la capacidad de resolver problemas complejos mediante el diseño, garantizando que el producto final sea construible, rentable y perdurable.

Bajo esta premisa opera Sergi Pujadó en arch.cat. Su posicionamiento en el mercado no busca simplemente la espectacularidad visual, sino funcionar como un engranaje estratégico dentro del modelo de negocio del promotor. La propuesta se basa en alinear los intereses técnicos con los objetivos financieros, entendiendo que un edificio es, ante todo, un activo que debe mantener su valor y funcionalidad a lo largo del tiempo. Para lograrlo, es necesario trascender el servicio tradicional y ofrecer una gestión que integre excelencia arquitectónica con un control exhaustivo de la ejecución.

Un equipo multidisciplinar: La convergencia entre diseño y técnica

Uno de los principales desafíos en la edificación contemporánea es la desconexión habitual entre la fase de proyecto y la realidad de la obra. A menudo, ideas que funcionan sobre el papel generan conflictos técnicos o sobrecostes al llegar al terreno. Sergi Pujadó aborda esta problemática mediante una estructura interna multidisciplinar diseñada para minimizar esa brecha desde el inicio.

El equipo no se compone únicamente de diseñadores, sino que integra perfiles con fuerte carga técnica y experiencia en ejecución material. Esto significa que, cuando se traza la primera línea de un boceto, ya existe una validación subyacente sobre su viabilidad constructiva. No son perfiles puramente teóricos; son profesionales habituados a la dinámica de la obra, capaces de anticipar cómo se comportará un material o qué complejidad implicará un detalle constructivo específico.

Esta metodología de «lápiz y bota» permite que el diseño no se diluya cuando se enfrenta a la realidad. Al tener en casa el conocimiento de la ejecución, se reducen las improvisaciones y se optimizan las soluciones antes de licitar la obra, lo que repercute directamente en la seguridad jurídica y económica del promotor.

Del concepto abstracto a la viabilidad técnica

Todo desarrollo inmobiliario nace de una visión del promotor, a menudo condicionada por estudios de mercado y expectativas de retorno. La función de en arch.cat es actuar como el interlocutor técnico capaz de traducir esa visión abstracta en un edificio real, sin perder la esencia por el camino.

Este proceso de traducción requiere un equilibrio delicado. Por un lado, se debe respetar la ambición del diseño, que es lo que dotará de identidad y atractivo comercial al inmueble. Por otro, se debe aplicar un filtro de racionalidad constructiva. El estudio trabaja para que las soluciones arquitectónicas no sean caprichos estéticos, sino respuestas eficientes a las necesidades del programa y del entorno. Se trata de convertir ideas en planos ejecutables, donde cada decisión está justificada tanto por su valor espacial como por su lógica constructiva y de mantenimiento futuro.

La dirección de obra como garantía de calidad

Quizá el punto donde más se pone a prueba la solvencia de un estudio es durante la fase de construcción. Aquí se entiende la Dirección de Obra no como una supervisión administrativa de hitos, sino como una gestión integral del comportamiento del edificio.

El rigor constructivo se convierte en la herramienta principal para controlar las tres variables críticas de cualquier promoción: coste, plazo y calidad.

Control de calidad: La supervisión no se limita a lo visible. Se pone el foco en los detalles constructivos, los aislamientos y los encuentros entre materiales, elementos que garantizan la durabilidad y la eficiencia energética del edificio.

Coordinación de industriales: Una obra es un ecosistema complejo donde intervienen múltiples empresas. La labor del equipo técnico es coordinar estos gremios, asegurando que los trabajos se ejecuten en la secuencia correcta, evitando las habituales patologías derivadas de una mala ejecución.

Gestión de desviaciones: En toda obra surgen imprevistos. La diferencia radica en la capacidad de respuesta. Al contar con un conocimiento profundo del proyecto, el equipo puede ofrecer soluciones técnicas ágiles que no comprometan el presupuesto global ni los plazos de entrega.

Acompañamiento estratégico y protección de la inversión

La relación entre el promotor y el arquitecto ha cambiado. El modelo de «entrega de planos y visita puntual» resulta insuficiente para las complejidades actuales. Sergi Pujadó propone un modelo de partnership o acompañamiento continuo, que abarca desde los estudios previos hasta la entrega final de las llaves y la gestión de la documentación final.

Este enfoque busca que el promotor sienta que sus intereses están protegidos. El equipo técnico actúa como un representante de la propiedad ante las constructoras y proveedores, velando porque cada euro invertido se refleje en la obra ejecutada. Se trata de una gestión orientada a la tranquilidad del cliente, basada en la transparencia y en la anticipación de problemas. Cuando el equipo técnico asume el proyecto como propio, el nivel de exigencia en la recepción de los trabajos aumenta, lo que redunda en un producto final con menos incidencias de postventa.

Arquitectura con identidad y valor del mercado

Finalmente, la técnica y la gestión están al servicio de un objetivo: la arquitectura. En un mercado competitivo, los edificios anodinos o estandarizados pierden capacidad de atracción. En arch.cat se apuesta por una arquitectura con personalidad propia, entendiendo que el diseño es una herramienta de posicionamiento del activo.

La solvencia creativa del estudio permite desarrollar proyectos que se distinguen por su carácter. Sin embargo, esta búsqueda de identidad no se hace a costa de la funcionalidad. Se diseñan espacios pensados para el usuario final, que generen satisfacción y sentido de pertenencia. Un edificio bien diseñado y bien construido no solo se vende o alquila mejor, sino que envejece mejor, reduciendo costes de mantenimiento y preservando su valor patrimonial a largo plazo.

Conclusión

En resumen, arch.cat se presenta en el mercado como una respuesta a la necesidad de profesionalización y rigor en la nueva edificación. El estudio ofrece un perfil técnico y solvente, capaz de gestionar la complejidad del proceso constructivo sin renunciar a la excelencia en el diseño. A través de un equipo multidisciplinar y una dirección de obra comprometida, el estudio de arquitectura convierte en el socio de confianza para promotores que buscan seguridad, control y un producto inmobiliario de alta calidad, concebido para perdurar.

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