Revista Cine
Ayer se desarrolló la sesión VII de Cortópolis León y lo que nadie puede negar es que fue una sesión muy especial. El primer dato a destacar fue la afluencia de gente ya que fue tal la cantidad de público que asistió ayer noche a Cortópolis León que no hubo entradas para todo el mundo y los organizadores tuvieron que repartir entradas de sesiones anteriores. No puedo daros un dato concreto de espectadores pero, perfectamente, ayer estábamos entre 140 y 150 personas disfrutando de esta maravilla de festival de cortos. Ojalá esto siga así en sesiones posteriores porque, como muy bien explicaron luego Isabel Medarde, Julio Aller y Manolo Martínez, Cortópolis León nos va a necesitar más que nunca.
La cuestión es que Cortópolis León es una franquicia de Cortópolis Madrid y, hasta la fecha, las sesiones que se proyectaban en León eran la réplica de las que se iban proyectando en Madrid. Pero, en Madrid, ya no se están celebrando sesiones mensuales, con lo que Cortópolis León, que quiere seguir con la programación mensual, va a tener que asumir, entre otras cosas, el ingente trabajo de seleccionar los cortos que se proyectarán. A esto hay que añadir que los organizadores ya nos han dicho que tienen tantas ganas de seguir adelante con el proyecto que, incluso, quieren organizar una gala de premios y que, además, tienen previsto hacer una sesión maratoniana en la que se volverían a proyectar los cortos de las tres primeras sesiones que en su día no participaron en el premio del público con lo que queda claro que hay voluntad por seguir con Cortópolis León. El problema es que a veces, no llega sólo con tener ganas así que los organizadores hicieron ayer un llamamiento pidiendo voluntarios para echar una mano en los próximos meses. Si queréis echar una mano, no tenéis más que contactar con Cortópolis León a través de su página de Facebook, seguro que cualquier ayuda será bien recibida.
Y tras estas cuestiones previas, vamos con los cortos. Lo primero es decir que el corto ganador del premio del público de la VI sesión fue Bikini. Tras el anuncio empezó una sesión con menos cortos de los habituales (sólo cuatro) pero de gran nivel y muy bien planificada. Digo lo de muy bien planificada porque es como si los cuatro cortos pudieran formar tándem con otro de los cortos proyectados ayer noche por causa de su temática y de su estilo. Ahora lo desarrollamos.
La noche empezó con Shhh un cortometraje de género fantástico protagonizado por una pareja de hermanos (chico-chica) que, irremediablemente, nos recordará a Guillermo del Toro (su nombre aparece en la lista de agradecimientos y es fácil entender el porqué). Quizá pueda parecer poco novedoso porque es una historia bastante vista pero las características propias del monstruo y la mala leche que destila, hacen que este corto de Freddy Chavez Olmos y Shervin Shoghian sea uno de los que más me gustó anoche. Luego fue el turno de Lucas de Álex Montoya. Cambio de registro por completo ya que dejamos el género fantástico para acercarnos a la denuncia social ya que este corto nos alerta de los peligros que acechan en Internet. Lo que más me gustó de este corto es que no juzga a nadie, simplemente, se nos muestran los hechos sin entrar a valorar las actuaciones de los personajes y creo que en este aspecto el director ha sido muy hábil por darnos a los espectadores la posibilidad de ser nosotros mismos los que lo hagamos.
El tercero de la noche fue Tin&Tina de Rubin Stein. Este es el corto que haría pareja con Shhh ya que los protagonistas vuelven a ser una pareja de hermanos compuesta por un chico y una chica, y, en ambos, el caracter dominante es el de la niña. Ya os digo que a mí este corto me encantó y lo hizo desde el primer momento en que apareció la pareja de hermanos porque su aspecto me recordó mucho al de los niños de El pueblo de los malditos. Pero lo que verdaderamente hace que este corto sea la maravilla que es, es ver lo bien que le sienta el humor negro a la representación de la inocencia infantil más exagerada que he visto en mucho tiempo.
La sesión acabó con el corto con más nombre de la noche: Aquel no era yo de Esteban Crespo. Estoy segura de que mucha de la gente que vino ayer a Cortópolis León conocían este corto ya porque, seguramente, sea uno de los cortos españoles más conocidos de los últimos años gracias a los reconocimientos que ha conseguido (premio Goya, nominación a los Oscars). Este corto va en la misma línea que Lucasporque su temática es de denuncia social y, en este caso, el tema que se trata es uno especialmente controvertido, el de los niños-soldados. Nadie puede negar que estamos ante un corto potente en cuanto a medios pero, a mí, si os digo la verdad, me ha dejado un poco fría. Creo que el corto peca de sensacionalista y, sobre todo, me resultó demasiado partidista. Además, su resolución me parece muy floja y precipitada y, creo, que ese aspecto es el que ha provocado que este sea el corto que menos me ha gustado de la noche.
Ya veis que la sesión de ayer fue de lo más interesante. Luego vinieron los cortos de después de los cortos y el recuento de votos pero, como siempre, hasta la próxima sesión no se va a desvelar cual fue el nombre del corto ganador de la noche. Ahora sólo queda esperar a marzo y, sobre todo, darles las gracias a los organizadores. Se de primera mano lo mucho que están peleando para sacar adelante este proyecto y la ilusión que tienen en el mismo, así que lo mínimo que podemos hacer los que nos consideramos amantes de la cultura es estar ahí, mes a mes, para apoyarles y conseguir que este festival se consolide, porque realmente merece la pena ir cada tercer martes de cada mes a pasar un rato tan bueno en compañía de cortos tan estimables como los que proyectan mes a mes. Nos vemos el mes que viene.