El sexo vende. Como muestra tienes este taller donde te regalan el cambio del aceite por comprar unos neumáticos. ¿Por qué nunca leemos la letra pequeña?
Pensemos lo que pensemos sobre el sexo, es indudable que dicha industria mueve una cantidad ingente de dinero. Quiero dejar claro antes de entrar en materia, que ni apoyo la trata de blancas, ni pretendo fomentar la prostitución, no creo que las mujeres sean seres inferiores, la prostitución me apena profundamente y ni siquiera recomiendo ninguno de los negocios que describiré en este artículo. Sólo pretendo escribir una entrada medianamente divertida que haga pasar un buen rato.
El que se pueda sentir ofendido lo único que tiene que hacer es dejar de leer y seguir navegando por otra de las miles de páginas que encontrará en Internet (espero, eso sí, que no tenga la “mala suerte” de caer en alguna página porno como nos pasa, a veces y siempre “de forma accidental”, a los navegantes). Por mi parte y como este blog trata sobre dinero y negocios, no puedo dejar de tocar el tema del sexo y los negocios.
Para poneros en antecedentes comentaré que la industria sexual es una de las más variadas y creativas del mundo. Cerca de 30 millones de personas están diariamente conectadas a la red en busca de imágenes de sexo explícito en alguna de los 260 millones de páginas web que ofrecen pornografía, según un estudio de N2H2, una empresa de análisis de Internet. Solo para que nos hagamos una idea, se calcula que cada segundo del día hay una media de 28.000 usuarios consultando porno online sólo en EEUU. En todo el mundo, unos 250 millones de personas son consumidoras de los productos y servicios de esta industria, que registra beneficios de unos 60 mil millones de dólares anuales, según la revista Forbes. En fin, ¿qué os voy a contar que no sepáis ya?
La industria del sexo se ha ido abriendo camino paso a paso, de forma imperceptible, hasta hacerse algo habitual en nuestros días. Nuestros tatarabuelos, aunque nunca nos lo confesaron, consumían unas postales donde mozas atrevidas enseñaban más o menos carne a medida que fueron pasando los años. Al principio, el solo hecho de ver un bañador, un escote un poco provocativo, una falda por encima de la rodilla y cosas así ya ponía cachondos a nuestros tatarabuelos, que sin duda tendrían un infarto viendo en que han acabado sus “inocentes postales eróticas”.
A nuestros abuelos esas postales eróticas cada vez les decían menos así que empezaron a consumir las primeras revistas “subidas de tono” donde se podía ver una teta liberada al descuido, un trasero respingón medio tapado por un bikini y cosillas así. Esas revistas, consideradas muy escandalosas y que, por supuesto, “nadie consumía”, se escondían debajo del mostrador y eran ofrecidas solamente a los clientes que las solicitaban con suma discreción. Era buena época para los periódicos porque había que comprar un periódico para esconder dentro la “otra revista que nadie consumía” y poder llevarla a casa para, nada más entrar por la puerta, tirar el periódico a la basura sin leerlo y dedicarse a leer lo que en verdad interesaba.
Y de repente, nuestros padres descubrieron el “cine porno”, prohibidísimo en España al principio, lo que ocasionaba que hubiera que ir hasta Perpiñán, donde había largas colas de españoles para ver películas porno. Algunos avispados ya empezaron a ganar dinero fletando autobuses para organizar excursiones a Perpiñán. Teóricamente se iba de excursión, a conocer la zona, ver las bonitas vistas del país vecino y hacer turismo, pero las vistas más apreciadas eran cuando todos se iban al cine “por curiosidad, para ver una de esas pelis porno tan escandalosas”, donde con un poco de suerte veías una teta o un felpudo atisbado a contraluz y poco más. ¿Qué inocentes eran nuestros abuelos y nuestros padres, verdad?
Era la época en la que empezaron a surgir periódicos y revistas dedicadas al voyeurismo, a desnudos camuflados entre sesudos artículos de interés para tener una excusa que permitiera ver los desnudos de pasada (ya se sabe que las revistas se compraban por los artículos tan interesantes que traían y no por los desnudos). Luego empezaron las primeras revistas porno que costaban una pasta y se distribuían también en secreto dentro de un periódico o de una bolsa negra como una noche sin luna.
Curiosamente, en muchos países empezó a estar permitido vender pornografía pero no estaba permitido imprimirla. Los americanos, muy dados a saltarse la ley a la torera, inventaron las denominadas “biblias de Tijuana” (revistas porno impresas en Estados Unidos pero supuestamente impresas en Tijuana, México o al menos eso decía el pie de imprenta). Así se podían vender porque, como todo el mundo sabía, esas guarradas se imprimían en México en vez de en Estados Unidos.
En España se rizó todavía más el rizo. Se inventaron la pornografía científica. Por ejemplo, como no se podía imprimir abiertamente sobre Sadomasoquismo, se hacía un monográfico-estudio sobre las perversiones en el sadomasoquismo. Eminentes y prestigiosos doctores de vete tú a saber que universidad explicaban las perversiones del sadomasoquismo y, ¿qué mejor ejemplo para ilustrar el estudio que poner abundantes fotos de prácticas sadomasoquistas, relatos narrados por sus obscenos practicantes y entrevistas donde narraban con sus mentes enfermas las cosas guarras que hacían?. El aficionado al sadomasoquismo tenía lo que quería: fotos, relatos, testimonios, etc. y las apariencias estaban cubiertas porque todo era un estudio científico sobre esa perversión llamada “sadomasoquismo”.
Luego empezaron a surgir una miríada de publicaciones porno-eróticas de todo tipo. Revistas de contactos con fotos enviadas por los lectores, revistas especializadas para swingers, revistas para gays, revistas de nudismo, etc.
Las trampas estaban a la orden del día y cualquier excusa era buena para capear la hipocresía y ganar dinero. Por citar un ejemplo, había una revista claramente enfocada a los pedófilos, pero donde se aseguraba por activa y por pasiva que todas las modelos desnudas tenían más de 18 años. Daba igual que se escogieran siempre a las modelos con aspecto más tierno y virginal, con los pubis rasurados para que tuvieran todavía más aspecto aniñado. ¡Todas tenían más de 18 años y punto! ¡Eso no era pedofilia!
Y entonces llegó Internet y todo se desmadró de mala manera. Entre otras cosas trajo la crisis a la pornografía editorial y facilitó la creación de miles de sitios dedicados a la pornografía y a sus múltiples nichos. Supusieron la puntilla a las publicaciones impresas, a los video-clubs de pelis porno y a otros negocios similares que tuvieron que reciclarse o morir.
Hoy en día hay miles de sitios dedicados a intercambio de parejas, al voyeurismo o dedicadas a sexo especializado (o también llamado “sexo raro”) y, por lo tanto, el mercado del sexo ha ampliado sus números en términos de consumidores / clientes, e incluso las ventas y las ganancias. Ha habido un cambio en el tipo de actividad y también en el uso de estos servicios y, por supuesto, ha crecido el número de consumidores y de amantes de estos servicios. Cuanto más raro sea el sexo que vendes más puedes cobrar por la rareza, eso tenlo muy claro si te embarcas en un negocio sexual.
Después de esta breve introducción a la historia de los negocios sexuales llega el momento de plantearse la posibilidad de abrir un negocio relacionado con alguna actividad vinculada con el erotismo y el sexo. El dinero está ahí, solo hay que recogerlo, porque clientes nunca van a faltar.
El sexo es un fenómeno social y económico que permite la identificación de negocios que den respuesta a las nuevas necesidades de las personas. Por ejemplo, en otros países ya funcionan con éxito los cruceros para personas nudistas, los viajes de intercambio de parejas, los restaurantes y librerías eróticas. Incluso las mujeres y los homosexuales, que hasta no hace mucho vivían su sexualidad en secreto, han empezado a demandar servicios y el mercado está respondiendo. Es bien sabido que la venta de productos relacionados con la sexualidad es muy productiva. El sexo es un tema que llama la atención y que puede producir muchas más ganancias de las que te imaginas. Por algo en todas las portadas de las revistas aparece de una u otra forma la palabra sexo bien grande y en negrita, ¿no crees? El sexo vende.
La fotografía que ilustra este artículo es un ejemplo más de cómo el sexo ayuda a vender. Vas conduciendo el coche y pasas por un taller donde pone en letras rojas bien grandes “SEXO GRATIS”. ¿No te paras a curiosear? ¿No te llama la atención?
Luego, cuando te acercas y lees bien la letra pequeña, te llevas una pequeña decepción: Por la compra de 4 neumáticos sea cual sea tu SEXO llévate GRATIS el cambio de aceite. Pero ya te han llamado la atención, ya te han vendido la moto y seguramente acabes comprando allí unos neumáticos que no necesitas todavía porque te regalan el cambio del aceite.
Una vez que hemos comprobado que el sexo y los negocios pueden ser una combinación explosiva vamos a hacer un pequeño recorrido por negocios originales que ha iniciado la gente en relación al sexo. Seguro que te dan ideas para crear tu propio negocio.
Servicio de citas a ciegas: Esta modalidad de cita para conocer gente está de moda y parece haber llegado para quedarse. Tú puedes hacerte cargo de la coordinación de las citas, contactando hombres y mujeres solteros que estén buscando alguna relación. En este caso, tus ganancias serían por cita que coordines.
Servicio de organización de citas románticas: Este servicio es parecido al anterior pero está enfocado a parejas ya constituidas. Tu servicio consistiría en conseguir, por ejemplo, una reserva en un restaurant, la preparación de los platos preferidos de la pareja, una habitación en un lujoso hotel con velas aromáticas, música y pétalos de rosas. Tu mayor clientela será de recién casados y de parejas que festejen aniversarios. Tú cobras una comisión por el servicio de organización.
Empresas de contactos: Más del 20 % de los hogares españoles son unipersonales. Los habitan personas solteras, divorciadas o viudas, que disponen de solvencia económica y tienen necesidades en el campo de las relaciones. Ellas suelen buscar el amor y ellos sólo suelen buscar sexo, pero todos pagan religiosamente sus cuotas por conseguir lo que buscan.
Clubes de Intercambio de Parejas: Tenemos ejemplos de clubes de swingers que se han convertido en puntos de referencia para una clientela sofisticada y dispuesta a viajar cientos de kilómetros para llegar a los mejores o más famosos clubes.
Máquinas expendedoras: máquinas dispensadoras de preservativos, y a veces, hasta de juguetes sexuales. Parece una tontería pero, ¿dónde encuentras a las dos de la madrugada una farmacia abierta para comprar preservativos que te permitan beneficiarte a la despampanante rubia que acabas de conocer en la discoteca? La solución la tienes en la máquina expendedora que encuentras en el servicio de la discoteca.
Venta de ropa interior: Muchas chicas jóvenes que no se atreven a citarse con un cliente sí se atreven a vender su ropa interior. Los precios de venta varían en función de si la ropa interior es nueva y está limpia o si está usada y sucia, aunque en ninguno de los casos el dinero obtenido es excesivo, pero desde luego es mucho más seguro que otras opciones que iremos mencionando. Además si eres mujer, te sorprenderá el elevado número de fetichistas interesados en comprar braguitas usadas, mechones de vello púbico, etc.
Casas de baños: El negocio de las casas de baños, o soapland en japonés, es uno de los más conocidos de todos los negocios sexuales de Japón, y también el más antiguo, ya que data de 1657. Son técnicamente legales porque en teoría no son más que casas de baños, y cualquier cosa que pase dentro es algo acordado entre adultos. Todo el mundo sabe lo que ocurre en estos lugares pero la policía no suele o no puede hacer nada.
Peluquería con final feliz: Vas a cortarte el pelo y te lo cortan, la única diferencia es que antes de irte, la peluquera te regala una felación para que te vayas contento y vuelvas. Además, quizás has tenido la suerte de que mientras te cortaban el pelo, la peluquera estaba en top-less para que pudieras mirar sus pechos en el espejo mientras te cortaban el pelo.
Salones rosas: Lo que los japoneses llaman pink salons o pinsaro son locales especializados en sexo oral y son los negocios que están barriendo a las casas de baños, ya que los costes son realmente ridículos. Por ejemplo, un bono de tres sesiones de sexo oral no cuesta más de 6.000 yenes (unos 45 euros), una cifra al alcance de cualquiera. Estos “salones” son similares a cualquier bar normal, aunque la iluminación es más tenue, si cabe, y están llenos de cubículos. Los clientes entran en los cubículos que cuentan con una mesa, y antes de que se den cuenta, les han servido algo de beber, y al poco rato ya hay una empleada que le practica sexo oral. Al cabo de un tiempo, normalmente unos 10 minutos, se acerca otra empleada diferente para hacer exactamente lo mismo, y así sucesivamente hasta agotar el bono de sesiones que el cliente haya comprado. Todas las actividades realizadas evitan la penetración, de forma que no se incumple la Ley Anti-Prostitución que únicamente prohíbe que haya intercambio de dinero en relaciones sexuales con penetración.
Tele-Sexo: Es como el Tele-Pizza en versión porno. Lo que este servicio entrega en la casa o en el hotel en el que está alojado el cliente es una chica o un chico (según gustos). Lo que luego ocurra entre el cliente y la chica o chico es algo estrictamente privado, por eso estos negocios están fuera del alcance de la ley. Este tipo de negocio ha experimentado un gran crecimiento porque la inversión necesaria es bastante baja si lo comparamos con el resto de negocios del mismo ramo: todo lo que se necesita es un pequeño apartamento con unos cuantos teléfonos. El propietario del negocio llama a sus empleadas o empleados sólo cuando los necesita, y no hay costes de alquiler de oficina.
Clubes de fantasias: Estos “clubes de imagen” son lugares en los que hay todo tipo de interpretación sexual, como la utilización de uniformes escolares o de enfermeras y donde puedes dar rienda suelta a perversiones tales como acosar a una chica en el metro, ya que algunos cuentan con vagones falsos para que la experiencia sea lo más real posible. El coste básico no incluye el sexo con penetración, pero se puede conseguir pagando un extra. Cada club se suele centrar en un tipo de imagen concreta, como uniformes de policías, o uniformes de enfermeras, etc. Estos clubes permiten que los clientes disfruten tanto del masoquismo como del sadismo, con una buena colección de instrumentos tales como cuerdas, esposas, látigos de cuero y todo tipo de juguetes sexuales. Para que te hagas una idea de la rentabilidad que pueden ofrecer, se puede pedir dinero por todo, hasta tienen taquillas de pago que puedes alquilar mensualmente para dejar guardados “tus juguetes” lejos de la vista de tu familia o pareja.
Hoteles del Amor o Love Hotels: En realidad, un love hotel no es ni más ni menos que un hotel en el que las habitaciones se pagan por fracciones de tiempo, en lugar de por noches completas como estamos acostumbrados en otros sitios. Este tipo de hoteles suelen ser utilizados por horas, no por noches, porque están especialmente pensados para parejas de novios que no tienen donde encontrarse, o también para hombres que buscan un lugar apartado en el que tener sexo con alguna chica. Casi todos ellos son temáticos, con una decoración muy extravagante y poco discreta tanto en las habitaciones como en el exterior del propio hotel. Las habitaciones, sin embargo, están repletas de comodidades como jacuzzi, videojuegos, canales de películas porno, etc. Por supuesto, los love hotels también se utilizan para tener aventuras extra-matrimoniales, con algún compañero de trabajo o similar.
Salas de Video: Son pequeños cubículos privados en los que el cliente puede ver una película porno a precios asequibles que, además, suelen incluir los pañuelos de papel (y no para sonarse la nariz, precisamente). Por desgracia Internet está matando estos negocios porque nadie va a pagar por ver una peli que puede bajarse gratis de Internet, pero ya existen otras variaciones denominadas “espectáculos en vivo” que incluyen ver por una ventanilla como una chica se quita la ropa mientras el cliente se masturba e, incluso, por un extra puede venir otra empleada a masturbar al cliente.
Cafés sin bragas: Una no-pan kissa, que se traduce literalmente del japonés como “café sin bragas”, son cafeterías en las que las camareras visten cortísimas minifaldas sin llevar nada de ropa interior. Además, partes del suelo de la cafetería están cubiertas de espejos para que se vean bien todos los “encantos” de las camareras. Son populares porque no hay ningún contacto sexual y así “las colegialas” pueden sacar un dinero extra en propinas para sus caprichos sin tener que pasar a mayores y aunque los cafés son muy caros (hasta cuatro veces más caros que en una cafetería normal), no son precios imposibles de pagar.
Páginas web especializadas en Internet: A poco que te comas un poco el tarro encontrarás un servicio nuevo que ofrecer porque en Internet es posible encontrar muchos géneros, para satisfacer todo tipo de demandas. Encontramos curiosidades como páginas para fetichistas de los globos (mujeres desnudas que se frotan el cuerpo o lo medio ocultan tras globos de colores), mujeres fumadoras (mujeres desnudas que fuman un cigarrillo con cara de vicio, supongo que en una clara alusión al sexo oral), hombres y mujeres uniformados (donde policías, sacerdotes, enfermeras, militares, monjas o bomberos hacen un striptease), etc. Hay casi tantas posibilidades como personas hay en el planeta porque no hay dos personas con iguales gustos sexuales.
Sexo a domicilio: Esta industria está alimentada por una demanda creciente de consumidores de sexo a domicilio. ¿Para que salir a ligar, pasar toda la noche en vela y volver a casa de vacío después de haberte dejado una pasta en cubatas y discotecas si por el mismo precio te ponen al chico/chica en la puerta?
Micropagos sexuales: Este negocio puede ser buenísimo porque euro a euro puedes ir sableando a la gente. Es tan sencillo como desnudarte por WebCam. Por un euro te quitas la camisa, por otro euro enseñas una teta, por otro euro desaparecen las braguitas, otro euro más para que te gires y te vean el culo. Y si no tienes a una sola persona mirando sino que son cientos, el sólo hecho de enseñar una teta te puede suponer, tontos, cientos de euros. Este servicio también es muy demandado por gays, en cuyo caso sólo necesitas ser hombre y tener algún musculito que mostrar o un buen culo que enseñar a la cámara.
Sustituta Sexual: Conozco el caso de una mujer que ayuda a personas con problemas sexuales, teniendo sexo de pago con ellos, mientras su marido no está y dentro de su propia casa. Si eres tímido o eres virgen, te enseña a practicar una cópula como dios manda, si eres fetichista de los pies te permite hacer realidad la fantasía de chuparle los pies, etc. Obviamente existe la variante de sustituto sexual enfocado a gays. El caso es poder sustituir a la pareja y poder hacerle todas esas cosas que ni borracho te atreverías a pedir a tu pareja.
Footjobs: Masajes eróticos con los pies. Es un servicio que vuelve locos a los fetichistas de los pies, sobre todo cuando aprendes a masturbarles con los pies.
Sex coach: Se trata de asesorar a las parejas para mejorar su vida sexual. Son expertos que se meterán hasta en los cuartos para darles consejos a las parejas. Siempre habrá gente tan simple que tienes que explicarles que antes de copular hay que tener juegos previos como masajes, velas románticas, caricias, quitarse la ropa lentamente para crear ambientillo y demás.
Sexit: Escapada espontánea ya sea con tu pareja o con alguien que acabas de conocer para tener sexo. Hay empresas que se dedican a ello y ganan mucho dinero concertando hoteles, viajes, excursiones a lugares románticos, etc.
Sexdiet: El negocio ideal para todos aquellos que quieren bajar esos kilitos de más mediante la quema de calorías por tener sexo. No sé si adelgazas o no, pero te lo pasas bien al menos.
Dogging y Orgias: Se trata de tener relaciones sexuales en lugares públicos como parques aislados o aparcamientos sombríos, puede ser con una o más personas. El negocio está en ponerles en contacto u organizar quedadas previo pago de una contribución económica para el organizador, que te envía en el último momento las coordenadas GPS para que las metas en el navegador y llegues al punto de encuentro.
King out: Una práctica en la que puede haber besos y caricias de cualquier intensidad pero sin llegar a la penetración. Es increíble la necesidad que puede tener la gente de unas caricias, unos besitos inocentes en la nuca o darse por satisfecho con acariciar una teta por encima del pijama.
Sexo gastronómico: O la sensación de placer que se tiene al ver el cuerpo untado con comida o cualquier otra sustancia. Algunas empresas organizan comidas para despedidas de solteros o solteras donde el plato es el cuerpo de un hombre o mujer desnudos. Se trata de un fetiche gastronómico derivado del japonés “nyotaimori”, en el que una mujer sirve de bandeja para las piezas de sushi, y que se popularizó hace algunos años en algún restaurante de nuestro país. Las versiones más cutres permiten picotear trozos de embutido y trozos de fruta sobre el cuerpo desnudo de un hombre o mujer y las versiones más refinadas como la japonesa exigen, por etiqueta, comer con palillos y no tocar con los palillos ciertas zonas “por error”.
Clases de strip-tease: El negocio consiste en enseñar el arte de insinuarse y quitarse sensualmente la ropa y cómo meterse en la piel de un personaje. Con lo sosa que suele ser la gente al desnudarse, estos cursillos tienen mucha demanda aunque no lo creas.
Subastar la virginidad por Internet: Desde que se le ocurrió a la primera chica, que por cierto ganó una pasta gansa, ha tenido montones de imitadoras. Los gays tienen ventaja en ese sentido porque a ver quien es el guapo que descubre si un culito es virgen o no…
Solo dormir: Una mujer se ofrece a dormir contigo en la cama… pero ambos vestidos, sólo con abracitos y sin sexo. Por lo que dice en su web, el servicio tiene mucha demanda. Será cosa de la necesidad de cariño y de sentirse amado u acompañado que tiene la gente, no lo sé.
Sexo en las nubes: la compañía Flamengo Air ofrece un peculiar servicio para las parejas que quieran salir de lo común. Por tan solo 425 dólares el pasajero y su pareja podrán disfrutar de una noche de sexo aéreo. La tarifa incluye cama, cortinas, flores, champán y también un piloto discreto.
Videos caseros: «Vendo mis vídeos caseros, hechos a la carta, tanto a particulares como a profesionales y empresas que quieran dotar sus webs de contenidos de pago», afirma Selena, una joven que dice tener apenas 20 años. En la web, ofrece previas de sus vídeos y «precios especiales» a los que «mantengan una relación comercial duradera». La fidelidad se premia como en cualquier negocio.
Novelas eróticas o pornografía para mujeres: Las novelas eróticas han experimentado un especial auge en los últimos tres años gracias al éxito de la trilogía Cincuenta sombras (De Grey, Más oscuras y Liberadas), que ha vendido más de 30 millones de ejemplares en todo el mundo y ha desplazado al Corán como el libro más solicitado por los presos de Guantánamo. En algunos países incluso ha aumentado el número de llamadas a urgencias o a los bomberos para que te quiten las esposas cuando has perdido las llaves o problemillas similares.
En fin, solo he hecho un pequeño repaso a algunos negocios sexuales. Y lo mejor de todo es que muchos negocios todavía están por descubrir. El sexo permite prácticamente un número infinito de negocios que sigan alimentando la industria del sexo y permitan ganar dinero.
Ideas que no falten
En cinco minutos a mi se me han ocurrido cinco potenciales negocios que pueden dejar muy buena rentabilidad. Te los voy a citar a continuación, que yo sepa no están inventados todavía, así que si los pones en marcha, te agradecería un donativo al blog por haberte dado la idea.
Banco de sexo: Todos hemos oído hablar de los “bancos de tiempo” donde cambias horas de trabajo con otros usuarios (busca en el blog que tengo una entrada al respecto). ¿Por qué no crear un “banco de sexo”? Sería un negocio redondo poner en contacto a personas para hacer posibles cosas como pintor te pinta el cuarto de baño por un polvo, clases particulares de matemáticas a sus hijos a cambio de que la madre me haga una mamadita o me ofrezco para gays insatisfechos a cambio de que me ayuden a hacer la mudanza.
Parques temáticos: Puedes crear una especie de Terra-Mítica del sexo. Si tienes una finca que no usas ni para ir de vacaciones puedes construir algunas casas prefabricadas y crear un espacio exclusivo para nudistas, por citar un ejemplo. O un campo de concentración para masoquistas. O puedes ofrecer pasar un día en el campo con paella y sangría para que luego hagan intercambio de parejas. Las posibilidades son inmensas.
Negocios de Turismo y Ocio Sexual: Alquila dos o tres casas de turismo rural y llénalas de parejas que quieran hacer intercambio, fleta un autobús y llénalo de gays para llevarles de excursión a una capea o a una matanza donde coman chorizo y morcilla de pueblo o contrata a diez prostitutas para meterlas en una casa de turismo rural con diez puteros consumados para que pasen el fin de semana y vayan rotando.
Web de Apuestas Sexuales: Se trataría de una web donde la gente haga apuestas sexuales y pague por ver como la gente lo hace. Por ejemplo: te doy 500 euros si eres capaz de desnudarte junto a uno de los leones del congreso de los diputados, o pago 300 euros por ver a una mujer desnuda en el teleférico u ofrezco 400 euros a un gay que se atreva a hacer un streptease integral en medio de un macdonals. Además de ser un negocio divertido, te sacarías una pasta en comisiones quedándote con un porcentaje de esas apuestas.
Servicio de coartadas telefónicas: ¿Necesitas una excusa o una coartada? Previo pago de X euros te ofrezco un teléfono al que tu mujer puede llamarme cuando sospeche (acertadamente, pero eso queda entre nosotros) que te has estado acostando con la vecina del quinto. Esos X euros que me has pagado te aseguran que yo juraré y perjuraré que soy el director de tu empresa y que has estado reunido con la junta de administración hasta las tres y pico de la madrugada porque teníamos una crisis empresarial de las gordas y tenemos que hacer todo lo posible por no despedir a más gente. Tu pareja se quedará desarmada y sin argumentos sabiendo que no le has mentido y efectivamente estabas reunido.
En fin, las posibilidades como ves son infinitas y si hay un sector donde se pueden prestar servicios que todavía no han sido inventados ese es el sector del sexo. Como decía en el título: Sexo y negocios, la combinación perfecta.
¿Se te ocurre algún negocio relacionado con el sexo que pueda tener éxito? Te invito a compartirlo con todos los lectores de este blog y, al menos, nos reiremos un rato. Si te ha gustado la entrada, ya sabes, comenta, tuitea, retuitea, facebookiza o divúlgala a tu libre albedrío.
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