Los heterosexuales se distinguen de los homosexuales básicamente en que tienen más serotonina, un neurotransmisor que influye en el carácter, según una investigación del Instituto Nacional de Ciencias Biológicas de Pekín que acaba de publicar Nature.
Este hallazgo debería cambiar muchas ideas sobre la conducta humana, y seguramente disgustará por igual a los homosexuales que creen que han elegido voluntariamente su condición, que a quienes la consideran una depravación o una enfermedad.
Como perversión, numerosos religiosos la trataban con rezos y duras penitencias. Como enfermedad, supuestamente curable, le aplicaban mil recetas y electroshocks. En ambos casos, con poco éxito.
Ahora, los científicos chinos dicen que a mayor serotonina mayor heterosexualidad, y al revés. Lo han descubierto en ratones modificados genéticamente en los que estudiaron cómo actuaba la serotonina activada por el triptófano, un aminoácido abundante en alimentos como los garbanzos, los frutos secos, la leche y los huevos.
Con este descubrimiento un antropólogo podría deducir que la carencia o no de triptófano dirige ciertas conductas grupales. Ejemplo: en la China de los investigadores hay una notable bisexualidad en hombres y mujeres, al menos hasta que se casan. Como en numerosos países árabes.
¿Será que les falta serotonina porque en su dieta hay poca leche, huevos y vitamina B6? Este descubrimiento puede llevarnos imaginar locuras que quizás no lo sean.
Por ejemplo, ¿podrá regularse la sexualidad de las personas dándoles desde muy niños unos u otros alimentos?
En Centroamérica hay tribus cuyos hombres se emborrachan con vino de maíz, se pegan en grupo durante días, y se violan entre ellos. Hay científicos que hablan del exceso de antivitamina B6 por el consumo casi único de maíz.
Va a resultar verdad que “somos lo que comemos” y que nadie elige libremente, ni siquiera, su sexualidad.
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SALAS. Rebuscando en alguno de sus archivos encontramos...