Se puede establecer cierta correspondencia entre las primeras cuatro series y las segundas. La serie de biología tiene como concepto clave el de población, y la comunidad puede entenderse como el estudio variado, diverso de las poblaciones humanas que poco a poco se han distinguido de la producción natural. La producción artificial no es una cosa de la especie humana, sino de las distintas poblaciones de esta especie. Al igual que los bonobos o los chimpancés no todos tienen la misma cultura, las distintas poblaciones de las distintas especies del género Homo tampoco.En el caso de la segunda y sexta serie, son las que tienen como temas las funciones antropológicas y el poder político. La división de poderes tienen como correlato político la diversidad de funciones. La representación política de las funciones antropológicas supone la necesidad de control de las mismas, la aparición del Estado es algo así como la institución de las instituciones, donde queda garantizado el correcto uso de las funciones, pero esto sólo de una manera, en realidad, precaria. Sólo la teorización por parte de Montesquieu permite tomar conciencia de esta representación, pero la crítica que se hace desde estas variaciones a la división de poderes es que pueden verse como la apropiación de unos pocos de las funciones antropológicas. Las otras dos parejas de funciones la técnica y el derecho, lo que tienen en común es la rigidez de la regla para producir cosas o para regular acciones, en el caso del arte y la individuación, refleja que la acción y la producción no pueden reducirse a reglas ya establecidas.
El texto que hemos elegido como un posible motivo para la sexta serie de variaciones es de Jared Diamond de su libro titulado Armas, gérmenes y acero, del capítulo de título muy significativo Del igualitarismo a la cleptocracia. Cuando las sociedades se hacen complejas se hace necesario representar las funciones antropológicas, y estas funciones representadas son los distintos poderes. La complejidad de la producción requiere representar toda la información que se maneja (escritura, dinero, el mismo estado...), los poderes de legislar, ejecutar y enjuiciar puede estar más o menos diferenciados pero es necesario representarlos, a costa de la inmediatez que las funciones antropológicas añaden a la ejecución a la creación de normas y a enjuiciar que es lo más conveniente para todos y cada uno.
Por eso esta serie tiene como aporía la del participante y participación (que podemos situar en Platón, esta aporía se contrapondría a la de lo participado y lo imparticipable, la cosa y la Forma). Con esta aporía se sitúa el problema en la acción concreta. La representación se maneja mejor con la pareja participado-imparticipable, según las Formas, pero es más interesante la del participante-participación para situar el problema en su verdadera naturaleza la de la acción, la del saber