Sexting y Grooming son dos nuevos delitos relacionados con las redes sociales e internet. El primero es difundir imágenes de carácter sexual y el segundo, más directo, es el chantaje sexual en la red.
El principal problema de estas cosas (que no digo yo que no sean delito), es el mismo que el de los insultos y las difamaciones en la red. Si alguien hace un chantaje sexual, o inicia el rumor de una información falsa y perjudicial para un tercero, me parece bien que se actúe jurídicamente contra el infractor. Lo que ya no me parece igual de bien es que se meta en el mismo saco a quien ha hecho una foto y la ha colgado en internet, y al que simplemente la ha compartido en Facebook y en Twitter, a menudo denunciando los hechos.
Sexting y Grooming… y otras hierbas de internet
Sexting y Grooming, o cuando se quiere perseguir a quienes no han cometido el supuesto delito.
Pero ya lo he dicho en varias ocasiones y cada vez se está poniendo la cosa peor, entre políticos que no aguantan críticas y se ponen a denunciar a todo el mundo —véase el caso de Cristina Cifuentes: «Parece que en internet todo vale y creo que hay que ponerle freno. Voy a llegar a donde tenga que llegar» Quiere presentar querella a título personal contra todos aquellos que vía Twitter la han calumniado— y la exacerbación de contenidos que básicamente son inocuos convirtiéndolos en una especie de amenaza social, al final habrá que pensarse mucho qué compartimos y qué no compartimos. Solo una advertencia más: la forma en que están llevando el asunto es alarmante y se hace así porque interesa… acojonan al personal para que no compartan quejas y para que no se quejen, quieren que todo tenga un aspecto de normalidad que no está acorde con el sentir de la gente. Como ya dijo Tejero:
«¡Se callen, coño!»
La Policía Nacional advierte: «Distribuir un vídeo así es DELITO ¡No lo compartas! Y no repitamos el desafortunado hastag (¡Pensemos en la víctima! Y más, si es menor)»
Ramón Cerdá
Sexting y Grooming y cuando compartir puede ser delito was last modified: julio 24th, 2014 by Ramón Cerdá