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Sexualidad después de los 60 ¿Intimidad sin sexo?

Por Davidsaparicio @Psyciencia
Sexualidad después de los 60 ¿Intimidad sin sexo?

Muchos creen que las experiencias más apasionadas se viven durante los años de juventud y que luego, gradualmente, estas se transforman en un compañerismo en el que la intimidad no sexual prevalece sobre la pasión sexual. Y quizás en otros tiempos este haya sido un escenario habitual, pero desde entonces han ido cambiando diversas cosas. Particularmente, las personas viven mucho más tiempo de lo que solían. Al menos para personas bien educadas y financieramente seguras, no es irracional esperar vivir hasta los 80 o 90 años con una salud razonablemente buena.

Para obtener una mejor comprensión de los factores que influyen en el sexo después de los sesenta, la psicóloga alemana Karolina Kolodziejczak de la Universidad Humboldt de Berlín y sus colegas encuestaron a más de 1500 personas de 60 años de edad o más (desde 60 a 82). Luego, los investigadores compararon las respuestas de las personas mayores con un grupo de referencia de casi 500 adultos jóvenes (de 22 a 36 años). Los resultados de este estudio muestran que la intimidad sexual es un componente mucho más importante de un estilo de vida feliz en adultos mayores de lo que se creía anteriormente (Kolodziejczak et al., 2019).

Los participantes respondieron a cuestionarios sobre los siguientes temas:

  • Comportamiento sexual: los encuestados indicaron la frecuencia de las relaciones sexuales durante el último año, desde 0 que significa «nunca» a 4 que significa «al menos una vez por semana». Es importante destacar que los investigadores ampliaron la definición de actividad sexual más allá de las relaciones sexuales para incluir actos sin penetración, caricias, y contacto corporal. Si bien las relaciones sexuales con penetración siguen siendo el «estándar de oro» entre las parejas, los investigadores han llegado a comprender que muchas parejas mayores superan las limitaciones físicas, como la disfunción eréctil y la sequedad vaginal al participar en actos sin penetración que de igual modo conducen al orgasmo y a sentimientos de intimidad sexual.
  • Cognición sexual: los encuestados usaron la misma escala 0-4 para indicar la frecuencia de los pensamientos sexuales. No es sorprendente que estos fueran más comunes que los actos sexuales, pero no por mucho. La mayor parte de la cognición sexual eventualmente conduce a la actividad sexual.
  • Afecto sexual: los participantes respondieron a varias preguntas sobre la medida en que experimentaron intimidad a través del contacto corporal con su pareja, así como a través de intercambios conversacionales. La respuesta promedio de estos adultos mayores estuvo muy por encima del punto medio en la escala, lo que indica al menos una satisfacción general en la intimidad dentro de esta muestra.
  • Salud física: todos los participantes se sometieron a un examen físico en el que informaron su historial médico, y se les evaluó la fuerza física mediante una prueba de agarre. Los adultos mayores en esta muestra tenían en promedio una mejor salud de la que se esperaría para este grupo de edad.
  • Variables psicosociales: en particular, los investigadores consideraron tres variables: estado de la relación (en pareja o solteros), duración de la relación y satisfacción de la relación. Dos tercios de los adultos mayores en este estudio estaban en pareja, la mayoría estaban en relaciones a largo plazo de muchos años, y la satisfacción de la relación fue generalmente alta. Tanto entre los encuestados que estaban en pareja como entre los solteros, los informes de soledad fueron bastante bajos.
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Cuando se comparó a las personas mayores con un grupo de referencia de adultos jóvenes de entre 22 y 36 años, se encontró, como era de esperar, que los adultos mayores informaron menos actos y pensamientos sexuales en comparación con el grupo de referencia más joven. En contraste, los adultos mayores indicaron que experimentaban niveles de intimidad similares a los de la generación más joven. Este hallazgo respalda la idea de que el matrimonio se transforma con el tiempo de una relación apasionada a una relación de compañía.

Una mirada más cercana a los datos, sin embargo, revela algunas facetas interesantes de la sexualidad en los mayores de 60. Lo que es más importante, hubo un alto grado de variabilidad en la frecuencia de la actividad sexual entre las personas mayores. Mientras que muchos tenían relaciones sexuales con mucha menos frecuencia que los de 20 y 30 años, un tercio de los adultos mayores informaron que tenían relaciones sexuales con más frecuencia que el promedio de la generación más joven.

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La vigorosa vida sexual de las personas mayores se debe sin duda a la salud ampliamente mejorada de las personas en este rango de edad. De hecho, los análisis estadísticos indicaron que la salud no era un predictor importante de la frecuencia sexual en los adultos mayores, como generalmente se supone. Más bien, el factor más importante era tener una pareja. En otras palabras, las personas mayores en relaciones comprometidas tenían relaciones sexuales con bastante frecuencia, mientras que aquellos que eran viudos o divorciados a menudo llevaban una existencia sin sexo. También es importante señalar que, si bien muchas de estas relaciones fueron matrimonios que duraron décadas, también hubieron parejas más nuevas formadas después de la viudez o el divorcio.

Hay que resaltar que esta muestra estaba mejor educada y disfrutaba de mejor salud que la población en general. Por lo tanto, es muy posible que la mala salud sea un impedimento para la actividad sexual en la edad adulta, como generalmente se cree. Pero entre las personas mayores que aún disfrutan de buena salud, la clave para una vida sexual feliz es la disponibilidad de una pareja dentro de una relación comprometida.

Dados los beneficios para la salud física y psicológica de una vida sexual activa, cabe preguntarse si tener sexo de manera regular en la vejez es un factor que mantiene a estas personas tan saludables.

Referencia del estudio:

Kolodziejczak, K., Rosada, A., Drewelies, J., Düzel, S., Eibich, P., Tegeler, C., … Gerstorf, D. (2019). Sexual activity, sexual thoughts, and intimacy among older adults: Links with physical health and psychosocial resources for successful aging. Psychology and Aging, 34(3), 389-404. https://doi.org/10.1037/pag0000347

Fuente: Psychology Today

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