A diferencia de otros artistas de su país, su obra trascendió las fronteras sin moverse ni un centímetro de Teherán. Toda una apuesta.
El trabajo de Ghadirian resplandeció a comienzos de 2000 como parte de una nueva camada de fotógrafxs cuyo trabajo también estaba ligado a la producción de películas.
Ghadirian se hizo conocida por una serie de retratos llamada Like Every Day, realizados entre 2000 y 2001, en los cuales registra mujeres cubiertas con el típico chador confeccionado para la ocasión con manteles o con desechos de telas, en tanto cubre los rostros de esas mismas mujeres con objetos icónicamente vinculados al mundo doméstico femenino: planchas, escobas y utensillos de cocina.
Un mundo domesticado que parodia con acidez yendo más allá del mundo de las mujeres iraníes, ellas también son todas las mujeres que padecen el estereotipo universal que las confines a las cuatro paredes enloquecedoras del hogar dulce hogar.
ZoneZero, la web llevada adelante por el fotógrafo mexicano Pedro Meyer le dedica este mes un monográfico digno de visitar.
Se dice que el triunfo de Shadi Ghadirian, sin moverse de Teherán es una mini revolución en sí misma.