Shadowrun Returns fue uno de los primeros proyectos que cuajó en Kickstarter, atrayendo por igual a los fans del juego de rol como a los pocos que disfrutaron del juego de SNES. Al no pertenecer a ninguno de los dos grupos, el proceso de desarrollo y su posterior salida a la venta se me pasaron por alto, y han tenido que ser las ofertas de Steam las que me recordaran que el juego estaba hecho, y listo para ser disfrutado.
Para los que no sepáis de que va la movida, el universo de Shadowrun nos sitúa en un planeta Tierra distópico, en el que, en el año 2012 (hace dos años ya, cosas de los futuros ficticios), la humanidad asiste atónita al nacimiento de nuevas razas, a las que denomina "metahumanos", que no son más que las clásicas razas de los juegos de rol con ambientación medieval (Orcos, Enanos, Elfos, Trolls...). Estas nuevas razas traen consigo el retorno de la magia, a perdidas en detrimento de la tecnología y las ciencias, y vuelven a florecer artes ya olvidadas como el chamanismo o la conjuración. Estos cambios masivos en la sociedad acaban provocando una segregación brutal que deja a más de la mitad de la población en la miseria, y hace que distintas corporaciones se hagan con el control del mundo.
Bajo este clima sociopolítico tan agradable y hospitalario, comienzan a florecer las actividades delictivas, fomentadas por las ya nombradas corporaciones y su competencia voraz: asesinatos por encargo, secuestros de personal cualificado, robo de información, y un largo etcétera de actividades que los más marginados están dispuestos a hacer por una suma de dinero considerable. Nacen así los Shadowrunners, que se especializan en todas estas tareas, y responden exclusivamente por la pasta y por el prestigio que les otorga su habilidad en realizar dichas tareas.
Como no podía ser de otra forma, en Shadowrun Returns encarnamos a uno de estos personajes, aunque la pertenencia a este "estilo de vida" es lo único que vendrá impuesto en la creación del mismo. Podremos elegir su raza, profesión y habilidades, y modificar su apariencia más o menos al gusto. Una vez tengamos todo listo, nos embarcaremos en una compleja historia muy bien llevada por las calles de Seattle, que comienza con la noticia de la muerte de uno de nuestros amigos, nos mantiene siempre en tensión hasta que llega el final.
Aunque si disfruté la historia, ya cuando empecé con las misiones y el combate casi rompo la mesa con el miembro viril. El combate se desarrolla por turnos, con cuadrícula, y con un sistema estratégico que permite coberturas en distintos objetos y en el que desplegar a tu equipo de runners es un auténtico placer. La combinación de armas de fuego, magia y katanas es simplemente maravillosa, y aunque existe algún desnivel entre las distintas habilidades, cada encuentro se disfruta y se sufre a partes iguales.
El juego desprende ese tufillo rolero-clásico que nos recuerda a las obras de la antigua Bioware, con mucho texto, mucha interacción y un guión muy bien atado con personajes y momentos memorables. Sed conscientes de que puedo llegara a ser MUY imparcial cuando hablo de este tipo de juegos, porque son mi debilidad absoluta. A mí dame una ficha de personaje y una historia que ir descubriendo y ya me tienes contento para mucho rato. Aun así, mientras jugaba, iba notando que algunas cosas fallaban, que otras podían ser mejores y que, en general, estaba ante un producto que podía haber sido mucho mejor de lo que es.
Utilizando metáforas, podría explicaros esto mejor diciendo que Shadowrun Returns es un pastel de chocolate a medio cocer. Está algo crudo por algunas zonas, pero coño, es un pastel de chocolate, así que te lo comes igualmente y lo disfrutas. Eso sí, cuando terminas, te da pena porque te imaginas cómo hubiera sido la comilona de haber estado el pastel mejor cocinado, y si le hubieran puesto algo más de cariño.
En todo momento tienes la sensación de que no se explotan todas las opciones, que la historia es algo lineal, y que los decorados que tan chulos te parecieron la primera vez, ya se van repitiendo un poquito. Hay poca variedad de armas, hechizos y de todo en general, y eso hace que el juego se disfrute menos. Vamos, que faltan cosas. Aunque claro, allí donde los desarrolladores no han llegado por vete tú a saber qué razones, ya se han encargado los modders de llegar.
Shadowrun Returns viene con Steam Workshop incorporado, y mucha gente de bien ya le ha metido mano al cojonudo editor de campañas para conseguir experiencias que en ocasiones superan al juego original. Podemos encontrarnos multitud de campañas con historia propia, un remake del juego de SNES y mi favorito, Shadowrun Unlimited, donde te creas un personaje desde cero y vas aceptando distintas misiones aleatorias para acrecentar tu fama, prestigio y poder hasta llegar a ser una leyenda entre tu gremio.
Viendo todo el movimiento y las posibilidades que puede tener aun este juego, los propios desarrolladores se han lanzado a la creación de una nueva campaña, que tendrá el nombre de Shadowrun: DragonFall, y promete mejorar todo lo que dejó a medias la primera. La fecha de salida está fijada "a finales de enero de 2014", osea YA, y veremos si cumplen lo que prometen. A poquito que lo hagan ya me tendrán a mí babeando, así que os enteraréis por aquí de cómo resulte el tema, para bien o para mal.