Lo primero que tengo que decir, es que tenía bastantes reticencias a ver esta película, pues parece que nos la han vendido como una película en la que se le ve el miembro a Michael Fassbender, y se trata de un enfermo de sexo. Algo, que podía dar a entender, que la película estaba destinada a ser un vehículo de escenas gratuitas de sexo, con el morbo de ver desnudos a sus dos protagonistas.
!Qué equivocado estaba¡ una película llena de dramatismo, donde vemos a un protagonista atormentado, confuso, con muchos remordimientos, pero cayendo siempre en un pozo sin fondo, desde luego, con muchas escenas de sexo, pero muy justificadas.
La película, nos presenta a Brandon, un neoyorkino acomodado y con un buen trabajo, que tiene como válvula de escape el sexo. Sexo de todo tipo, desde masturbación, películas pornos, revistas, internet, sexo con desconocidas, ... Recibe la visita de su hermana, la cual le pide quedarse en casa, aunque él, no esta muy de acuerdo, acepta, pues algo ha pasado entre los hermanos, y quizá es el detonante de la caída del protagonista.
La película engancha desde el principio, y aunque resulta desagradable ver la autodestrucción que se esta haciendo el protagonista, no puedes dejar de verla. Quizá a cierto tipo de público, puede parecer algo pausada, por la ausencia de diálogos y la recreación en las posturas de los personajes, pero estamos de nuevo, ante una película donde los personajes, y las escenas, hablan por si solas, y nos son necesarias de acompañarlas por diálogos Un gran trabajo sin duda de su director, Steve McQueen, que ha sabido no solo componer unas escenas que hablan por si solas, sino que ha dirigido a los actores de una manera soberbia y somos capaces de adivinar lo que están pensando, o como se sienten, solo por sus poses, posturas, o como practican sexo.
También un gran acierto el jugar con el espectador a que eche volar la imaginación, pues desde el principio del reencuentro entre los dos hermanos, sabemos que algo ha pasado, y que como he dicho antes, quizá fue el detonante del comportamiento autodestructivo de los dos protagonistas (en mayor medida de Brandon), pero no se nos desvela, y tenemos que suponer lo que se nos ocurra.
En cuanto a los actores, pocos son los que aparecen, prácticamente se reparten los planos entre Carey Mulligan, y sobre todo Michael Fassbender, ambos soberbios pero Fassbender, llega a la cima, y compone un personaje, que junto a la dirección de McQueen, es difícil que pueda llegar a superar esta interpretación. Inexplicable como se olvidaron de él para los Oscars.
Y no solo los actores, la composición de escenas, la música, la fotografía, todo acompañar a narrar el viaje hasta lo más profundo de la humanidad.
Una película dura, llena de dramatismo, muy recomendable pues aunque pueda engañar su promoción o mejor dicho lo que se haya podido decir de ella por enseñar el miembro viril de Fassbender, no va para nada de eso, y si aparece en pantalla, esta más que justificado. Ahora, eso sí, una película incomoda, pues retrata a alguien que superficialmente es normal, pero esconde una doble vida que lo esta destruyendo, y estas deseando que se libre de todo lo malo, aunque en ese caso, no sería una gran película.
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