Showcase: Doc Savage

Doc Savage, ya saben, el héroe de la literatura pulp. El personaje que fue homenajeado en Planetary. No les voy a descubrir nada nuevo, y si están leyendo esto es porque más o menos saben de qué va la cosa y hasta puede que les interese. A mí lo que de verdad me ha llevado hasta él es aquel puñado de cómics que leí en la legendaria revista Relatos Salvajes de la editorial Vértice cuando era un chiquillo. Nostalgias aparte, Doc Savage es un tebeo excelente, entretenidísimo, que no ha perdido ni un ápice de su vigencia, sino que más bien ha ganado en lecturas. Para empezar, la parte artística corría a cargo del mismo equipo que se ocupaba de La Espada Salvaje de Conan, es decir, los lápices de John Buscema y el entintado de Tony de Zúñiga, ambos en estado de gracia ilustrando unos magníficos guiones originales no exentos de un fino humor escritos exclusivamente por el siempre competente Doug Moench. Y todo ello rematado por unas espectaculares portadas de Ken Barr, habitual de los magazines adultos de Marvel. Canela fina, que decían los castizos en las zarzuelas de la añeja TVE1 en blanco y negro. Originalmente publicados por Marvel entre 1975 y 1977, es ahora DC, oh paradojas, la que ha recopilado los ocho números que componen la colección en un Showcase. Uno de esos tomos tamaño comic book en blanco y negro y grueso como una guía telefónica.

Clark Savage Jr., el Hombre de Bronce, es la representación del viejo adagio mens sana in corpore sano hecha carne mortal. Es un superhombre con una mente privilegiada. Un científico e inventor entre Sherlock Holmes y Batman. Un gentleman duro y disciplinado como el metal que le da su sobrenombre, que ejercita su cuerpo, su cerebro y sus sentidos. Le asiste un equipo de ayudantes de lo más pintoresco, con personalidades atractivas y dispares, igualmente versados y con una habilidad con los puños fuera de lo común. Sus correrías discurren en el período de entreguerras, con una estética ciberpunk antes de que dicho término se inventara, y se distinguen por la acción a raudales y por el desafío permanente de unas pistas enrevesadamente codificadas que conducen una aventura siempre tremendamente divertida.

Prepárense para encontrarse con rascacielos que se derrumban, autogiros, zeppelines, coches de época, aparatejos futuristas, criptogramas, laberintos, científicos locos, sociedades secretas, malosos de uniforme, fiestas de etiqueta, esculturas art nouveau, bofetadas a raudales, elegancia para derrochar, animales antropomorfos y una isla del Doctor Moreau. Y todo eso sólo en la primera historia. Doc Savage es un tebeo de una época en la que cada página era un espectáculo que disparaba la imaginación, y una montaña rusa que cortaba el aliento.
Fran G. Lara

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