Revista Cine

Sí a la renovación de “Asuntos de estado” (o una exaltación del contexto)

Publicado el 04 abril 2015 por Albertoiglesiasfraga @revistaroulette

A menudo, las audiencias no estadounidenses tenemos poco que decir acerca del futuro de nuestras series predilectas. Su pervivencia o extinción suele decidirse en función del éxito (o fracaso) que el público estadounidense les atribuya y, probablemente por cuestiones socioculturales, no siempre coincidimos. De ahí que grupos de fans y blogueros se lancen a emitir (casi a modo de octavillas) sus particulares declaraciones de amor en la red. Esta no es sólo una de ellas, sino también un llamamiento a la puesta en valor de las cosas por su contexto.

Y es que frecuentemente series y películas alcanzan una valía singular por aparecer en un momento concreto de la realidad en el que llaman nuestra atención sobre un problema específico, y eso pone de manifiesto su valentía, agudeza y osadía. Así, la controvertida “The interview”, película dirigida por Evan Goldberg y Seth Rogen y protagonizada por este último y por James Franco, en la que podemos ver al líder norcoreano Kim Jong-Un bailando, entusiasmado, al son de Katy Perry, no es un filme brillante en sí mismo pero su atrevimiento nos coloca ante una obra inteligente y divertidísima que situó a EEUU y Corea del Norte al borde de un conflicto diplomático. No quedará en los listados de obras maestras del cine, pero se habrá arriesgado a plantarle cara a uno de los hombres más temidos del planeta, ridiculizándolo ante esa comunidad internacional que él aspira a atemorizar y esa pretensión de romper moldes más allá de lo políticamente correcto y de las consecuencias también ha de valorarse.

Con “Asuntos de estado” (“State of Affairs”, serie de la NBC que en España ha emitido Calle 13 y que algunos integrantes de Roulette hemos seguido -religiosamente- con atención) sucede algo parecido. En un momento en el que el Estado islámico amenaza el equilibrio mundial con frecuentes atentados terroristas y siembra simpatizantes fervorosos (dispuestos a las atrocidades más diversas) en países occidentales con tal de afianzar su superioridad mundial (y moral), que “Asuntos de estado” nos presente al grupo terrorista “Ar Rissalah”, que consigue llamar a sus filas a estadounidenses y occidentales de todo el globo terráqueo descontentos con el funcionamiento de la sociedad actual, movidos por el atractivo de luchar por una causa que trascienda lo material y de propagarla por todo el globo terráqueo cual cruzada, no es algo casual o fortuito. Que una serie sepa recoger y encajar dentro de su trama una de las mayores problemáticas del momento, desmitificándola y acercándola al público para propiciar una mayor comprensión de las partes implicadas -sin recurrir a titulares sensacionalistas y alarmistas- es un logro singular que mereciera un reconocimiento expreso por parte del público. Sin embargo, las audiencias estadounidenses se empeñan en negárselo y un rastreo rápido en internet tan sólo nos dejará críticas personalistas en torno a la figura de su protagonista Katherine Heigl, desprestigiada tras su paso por “Anatomía de Grey” y otras tantas comedias románticas (“La cruda realidad”, “27 vestidos”, “Como la vida misma”…), y comentarios negativos sobre su superflua e inverosímil trama.

katherine heigl en asuntos de estados

Probablemente todos estemos de acuerdo en que no es una GRAN serie. Al fin y al cabo, es otra historia de espías y agentes secretos estadounidenses, con el terrorismo islámico como oponente, pero mantiene a la perfección el suspense y la intriga entre capítulo y capítulo y sabe guardar la tensión y equilibrio entre las tramas más políticas y los escabrosos asuntos sentimentales que sacuden a sus personajes y merecería continuar con la labor que ha iniciado: seguir poniendo de manifiesto que a menudo el déficit de valores de nuestras sociedades occidentales provoca que el enemigo aflore dentro de nosotros y esta amenaza es capaz de poner en entredicho el orgullo estadounidense y todas las ideas de progreso que ostentan nuestras democráticas sociedades occidentales. Y sí, también está muy bien que presente a una mujer negra (la actriz Alfre Woodard, a la que hemos podido ver recientemente en “12 años de esclavitud”  y en series como “Mujeres desesperadas”, “True Blood” o “Cooper”) como la persona más poderosa del mundo, la Presidenta de los Estados Unidos, y que el tradicional súper agente, el único capaz de liberal al planeta de su mayor amenaza, sea una joven rubita que se desenvuelve a la perfección en el “negocio de la guerra” que subyace tras la etiqueta de “Clasificado” de muchos asuntos de la CIA y del FBI.

¿Acaso todo esto es demasiado para la tradicional sociedad estadounidense? ¿O es que está ya cansada de tanta conspiración y tanta épica nacional? Esperemos que el hecho de que esta primera temporada contara con exactamente 13 capítulos no sea un mal augurio y que en un futuro no muy lejano podamos celebrar el estreno del capítulo décimo cuarto. Y, por supuesto, que a partir de entonces lluevan más reseñas positivas de la serie en internet. ¡Ah! Y que podamos brindar por ello (sin rencores).

Sobre “Asuntos de estado”

La agente de la CIA Charleston Tucker (Katherine Heigl), una de las más brillantes analistas de la agencia, es la encargada de llevar cada mañana un informe actualizado de los conflictos internacionales al despacho oval de la Presidenta de los Estados Unidos, Constance Payton (Alfre Woodard). Charlie además tiene una estrecha relación personal con la Presidenta, porque estuvo prometida con su hijo, que fue asesinado en un trágico ataque terrorista. Mientras lidia con este dolor, la joven analista sigue levantándose cada madrugada para elaborar el informe de las amenazas terroristas a las que se enfrenta su país. Toda esta presión, personal y laboral se transforma en mal carácter y frialdad. Pero en el día a día, Charlie es la firme e implacable cabeza de un equipo de expertos de la CIA que trata a diario de anticiparse a los conflictos internacionales, tomando decisiones a vida o muerte. Sin embargo, la vida de Charlie da un giro cuando descubre que las circunstancias que rodean a la muerte de su prometido no están nada claras. Descubrir toda la verdad será su objetivo primordial.


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