¿Quieres saber por qué? Sigue leyendo la historia de estas dos personas que empezaron por lo más bajo y que hoy son auténticos emprendedores con negocios que generan millones de dólares al año.
Jack Ma, el profesor que se convirtió en billonario
Puede que el nombre de Jack Ma no te suene de nada, pero debes saber que es el empresario más importante de China en estos momentos.
Este hombre, que empezó siendo un humilde profesor, es hoy en día el dueño del grupo Alibaba, un mercado de compra – venta de productos que genera más beneficios que Ebay y Amazon. Esta es su historia.
“Antes de fundar Alibaba, invité a 24 amigos a mi casa para discutir esta idea de negocio. Después de explicarles esta oportunidad durante 2 horas, seguían confusos sobre ese modelo de negocio.
23 de esas 24 personas me dijeron que eliminara esa idea de mi cabeza por múltiples razones: no sabía nada de Internet, y no tenía dinero suficiente para comenzar ese emprendimiento.
Sólo uno de mis amigos me dijo: si quieres hacerlo, inténtalo. Si no funciona como tú esperas, siempre puedes volver a hacer lo que hacías antes.
Durante toda esa noche, estuve pensando en ello; y a la mañana siguiente decidí que lo haría de todos modos, incluso aunque mis 24 amigos se hubiesen opuesto a ello.
Cuando inicié Alibaba, enseguida encontré una fuerte oposición por parte de mis amigos y mi familia.
Mirando hacia el pasado, me doy cuenta de que la mayor fuerza de motivación que tuve para seguir adelante no era la confianza que tenía en Internet y el potencial de este recurso.
Era la confianza que tenía en mí mismo y en no tener miedo a fracasar.
Nunca debes rendirte: si quieres algo en la vida, debes seguir intentándolo hasta que lo consigas.”
Según el propio Jack Ma, la gente fracasa por 3 razones importantes:
No ven las oportunidades que se les presentan en la vida. A veces, tenemos la mejor ocasión para triunfar delante de nuestras narices, pero nuestros prejuicios (qué pensarán de mí, no seré capaz de hacerlo, mi familia no me apoyará…) nos paralizan para seguir adelante y lograr lo que queremos.
Desprecian las oportunidades que sí ven. Se te presenta una estupenda idea de negocio, tú piensas que no tendrá ningún éxito y la desechas, y después otra persona que sí se atreve a ponerla en práctica, triunfa con ello.
Fallar en actuar suficientemente rápido. Si tienes una gran idea innovadora para un producto, un servicio o un negocio, actúa YA y ponla en práctica cuanto antes (de lo contrario, otra persona lo hará antes que tú y perderás tu oportunidad).
Hay un factor mayor que mueve realmente las 3 razones anteriores: la ambición.
Eres pobre porque no tienes ambición.
Si quieres conseguir algo en la vida con todas tus fuerzas, harás lo que sea necesario para alcanzarlo porque tu ambición te motiva y te empuja a seguir adelante. Pero si tiras la toalla con el primer obstáculo que encuentras, probablemente sea porque ese objetivo no te importa un carajo (aunque tú creas que sí).
La ambición no es mala como muchos creen: significa vivir una vida con grandes ideales, con un enorme objetivo que debes realizar.
Otras creencias y hábitos que el propio Jack Ma practica para ser exitoso en la vida y en los negocios son:
Rendirte es el mayor de los fracasos.
Tus obligaciones son ser más diligente, ambicioso y trabajador que otros.
Sólo los tontos usan sus bocas para hablar. Las personas inteligentes usan sus cerebros, y las sabias, sus corazones.
Las oportunidades que nadie ve son las verdaderas oportunidades.
Tu actitud es lo que determina cuán alto llegarás en la vida.
Una gran oportunidad de negocio es algo difícil de explicar; las cosas que se pueden explicar de forma clara no suelen ser las mejores oportunidades.
Empezar tu propio negocio significa que perderás unos ingresos estables y tu derecho a ausentarte por cuestiones personales. Pero también significará no estar limitado por tu jefe, poder usar tu tiempo de manera más efectiva, y no tener que rogar ningún favor de otras personas nunca más.
Cómo Juliet Wu pasó de limpiar oficinas a ser directora de Microsoft
Otra historia de éxito que hoy quiero que conozcas es la de Juliet Wu, quien empezó limpiando oficinas y se convirtió en una alta ejecutiva del grupo IBM y Microsoft a través de ser autodidacta y aprender en su propio trabajo.
Cuando Wu empezó a trabajar en una gran compañía, no lo hizo en los puestos más altos: su trabajo consistía en servir el té y fregar los suelos.
Una vez, olvidó su pase para volver a entrar al trabajo. El guarda de la compañía le paró en la puerta y no le permitió entrar. Ella le explicó al guardia que era una empleada y que había tenido que salir del edificio para comprar unos artículos de oficina, y había olvidado dentro su pase.
A pesar de sus súplicas, el guarda le negó la entrada mientras ella veía como éste dejaba entrar a otras personas de su misma edad, pero con elegantes trajes de negocios, sin ni siquiera tener que enseñar sus pases.
Le preguntó al guardia por qué dejaba pasar a esas personas así, y él ni siquiera se molestó en mirarla.
Ese fue el punto en el que la vida de Juliet Wu cambió: sintió gran vergüenza al mirar sus ropas pobres y su autoestima se vino abajo.
Desde ese momento, se juró a sí misma que nunca volvería a sentirse así. Y para ello, utilizó cada oportunidad para enriquecerse a sí misma.
Cada día fue la primera en llegar al trabajo y la última en irse. Pasó el resto del tiempo que tenía libre en aprender nuevas cosas, y pronto se convirtió en representante de ventas y después en la encargada regional de esa compañía.
Wu no poseía grandes calificaciones académicas, pero su duro trabajo le sirvió para alcanzar uno de los puestos más altos en IBM China.
Si no hubiese sido por el incidente de la puerta y el guardia, esta mujer no habría tenido la ambición para convertirse en multimillonaria, y su vida habría tomado un camino muy diferente.
Las conclusiones más fundamentales de estos dos casos de éxito que se pueden sacar son:
Eres pobre porque no tienes el deseo de convertirte en una persona exitosa.
Eres pobre porque te falta ver más allá de las oportunidades que tienes delante de ti.
Eres pobre porque no puedes superar tu cobardía.
Eres pobre porque te falta coraje y determinación.
Con ambición puedes perseverar, aprender continuamente nuevas cosas y rozar la perfección.
Con ambición puedes derrotar todos los obstáculos y crear milagros donde otros no han podido.
No importa lo pobre que sea tu familia o tú: nunca dudes de tus propias habilidades ni pierdas de vista tu ambición. Por desgracia (o por suerte) tú eres la única persona que puede ayudarse a sí mismo.
Si no tienes dinero para pagar tus facturas médicas, nadie se va a compadecer de ti. Si tus competidores te ganan en tu industria, a nadie le va a importar. Si no has conseguido nada a los 35 años, a nadie le va a dar pena de ti.
Así que deja de estar ahí sentado. Levántate y persigue tus sueños. Forja tu propio camino sin importarte lo que digan los demás. Haz tu propia vida, consigue lo que quieres, y no tendrás que depender nunca de nadie.
Ve a por todo o no hagas nada. De otra forma sólo estarás desperdiciando tu juventud.
¿Qué opinas tú sobre esto? Házmelo saber aquí abajo en los comentarios. Y si este artículo te ha inspirado, por favor, compártelo en todas tus redes sociales para motivar a otros a alcanzar la grandeza.
Fuente: gananci.com