Revista Salud y Bienestar
La infección por el virus de la Immunodeficiencia Humana (VIH) sigue siendo uno de los grandes retos del Siglo XXI, "aunque cada vez estamos más cerca de conocer el comportamiento de este virus que nos permita desarrollar una vacuna con carácter preventivo". Así lo ha expresado el doctor José Alcamí, jefe de la Unidad de Inmunopatología del Sida del Instituto de Salud Carlos III, durante su participación en el Curso de Verano de la Universidad Rey Juan Carlos "Vacunación del Adulto en el Siglo XXI", organizado por Grupo de Estudio de Vacunación en el Adulto (GEsVA) y que comienza hoy en el Real Sitio de Aranjuez hasta el próximo viernes 16. Según el Estudio de conocimiento y actitudes en la vacunación del adulto, realizado por el GEsVA, si fuera posible, el 42% de los adultos se vacunaría frente al SIDA.
Este curso tiene como finalidad "analizar el presente y futuro de la vacunación como eje central para la prevención de las enfermedades infecciosas", explica el profesor Ángel Gil, miembro del GEsVA y codirector del Curso junto con el profesor José Luis Viejo Bañuelos.
Aunque, por el momento, la vacuna frente al VIH está en vías de investigación, ésta se perfila como uno de los grandes avances en los próximos años sobre el que se está trabajando para prevenir su contagio. "Lo que sabemos a día de hoy es que los modelos clásicos de vacunas para otros virus o infecciones bacterianas, como la gripe, la hepatitis B, la difteria o el tétanos, no sirven para el virus del sida", aclara el doctor Alcamí.
A diferencia de estos virus, el de la Immunodeficiencia Humana tiene unas características biológicas muy diferentes que le permiten esconderse del ataque del sistema inmune. De hecho, más del 95-99% de los anticuerpos que el organismo genera son ineficaces frente a este virus. "Ahora bien, tras largos años de investigación, por fin hemos logrado comprender cómo escapa éste a la presión del sistema inmunológico", prosigue el jefe de la Unidad de Inmunopatología del Sida del Instituto de Salud Carlos III. En este sentido, el reto para los próximos años "consiste en diseñar una nueva generación de vacunas que permita inducir anticuerpos de gran potencia capaces de bloquear el virus del sida", concluye.
-Vacunas no sólo para prevenir, sino también para tratar
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de dos millones de personas en todo el mundo se infectan por el virus del Sida, que ya afecta a más de 35 millones. Sólo en nuestro país, esta cifra oscila entre los 2.000 y 4.000 casos anuales. En opinión del doctor Alcamí, "la situación sigue siendo alarmante, porque mientras damos un paso hacia adelante en lo que concierne a nuevos tratamientos, retrocedemos dos en prevención, al no existir ya sensación de riesgo". Los tratamientos actuales han permitido cronificar la enfermedad hasta el punto de que, en la actualidad, la esperanza de vida en estos pacientes es casi similar a la de las personas no infectadas, "algo impensable hace quince años, cuando la mayoría de los enfermos por VIH fallecían en un plazo de 4 ó 5 años", aclara este experto.
Otro campo de investigación en desarrollo y objetivo de análisis en la sesión de hoy son las vacunas terapéuticas frente al VIH. A diferencia de las preventivas, éstas están indicadas en personas ya infectadas por el virus del VIH. "El mecanismo de acción es distinto, porque en este caso lo que se busca es reforzar el sistema inmune del enfermo para controlar el virus. En cualquier caso, esta vacuna no lograría curarlos, pero sí les permitiría dejar de medicarse", explica el doctor Alcamí.
-Nuevas vacunas
En este marco científico, y a fin de actualizar los últimos conocimientos en vacunación del adulto, los especialistas reunidos analizarán en la jornada de mañana las vacunas recién incorporadas a la práctica clínica diaria como es la vacunación del VPH y aquéllas de próxima llegada a nuestro país como la vacuna del Herpes Zóster. Sobre el virus de la varicela, que es el causante de esta enfermedad, el doctor Gil destaca "los enormes beneficios de vacunarse a partir de los 50 años, edad a partir de la cual el virus puede reactivarse, dando lugar a lesiones cutáneas agudas que suelen provocan dolor intenso o sensación de quemazón, paratesia e hipertesia, además de otros síntomas neurológicos".
Ésta está indicada en personas mayores de 50 años y especialmente si presentan algún tipo de enfermedad crónica asociada (cardiopatías, insuficiencia renal, lupus, etcétera), situación que les hace más proclives a enfermar. De tener en cuenta todas estas recomendaciones, los expertos estiman que la vacuna evitaría a largo plazo más de 100.000 casos de herpes zóster y cerca de 45.000 casos de neuralgia post-herpética. Pero además, desde el punto de vista económico, "se ahorrarían costes importantes", aclara el profesor Gil.
Este curso tiene como finalidad "analizar el presente y futuro de la vacunación como eje central para la prevención de las enfermedades infecciosas", explica el profesor Ángel Gil, miembro del GEsVA y codirector del Curso junto con el profesor José Luis Viejo Bañuelos.
Aunque, por el momento, la vacuna frente al VIH está en vías de investigación, ésta se perfila como uno de los grandes avances en los próximos años sobre el que se está trabajando para prevenir su contagio. "Lo que sabemos a día de hoy es que los modelos clásicos de vacunas para otros virus o infecciones bacterianas, como la gripe, la hepatitis B, la difteria o el tétanos, no sirven para el virus del sida", aclara el doctor Alcamí.
A diferencia de estos virus, el de la Immunodeficiencia Humana tiene unas características biológicas muy diferentes que le permiten esconderse del ataque del sistema inmune. De hecho, más del 95-99% de los anticuerpos que el organismo genera son ineficaces frente a este virus. "Ahora bien, tras largos años de investigación, por fin hemos logrado comprender cómo escapa éste a la presión del sistema inmunológico", prosigue el jefe de la Unidad de Inmunopatología del Sida del Instituto de Salud Carlos III. En este sentido, el reto para los próximos años "consiste en diseñar una nueva generación de vacunas que permita inducir anticuerpos de gran potencia capaces de bloquear el virus del sida", concluye.
-Vacunas no sólo para prevenir, sino también para tratar
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de dos millones de personas en todo el mundo se infectan por el virus del Sida, que ya afecta a más de 35 millones. Sólo en nuestro país, esta cifra oscila entre los 2.000 y 4.000 casos anuales. En opinión del doctor Alcamí, "la situación sigue siendo alarmante, porque mientras damos un paso hacia adelante en lo que concierne a nuevos tratamientos, retrocedemos dos en prevención, al no existir ya sensación de riesgo". Los tratamientos actuales han permitido cronificar la enfermedad hasta el punto de que, en la actualidad, la esperanza de vida en estos pacientes es casi similar a la de las personas no infectadas, "algo impensable hace quince años, cuando la mayoría de los enfermos por VIH fallecían en un plazo de 4 ó 5 años", aclara este experto.
Otro campo de investigación en desarrollo y objetivo de análisis en la sesión de hoy son las vacunas terapéuticas frente al VIH. A diferencia de las preventivas, éstas están indicadas en personas ya infectadas por el virus del VIH. "El mecanismo de acción es distinto, porque en este caso lo que se busca es reforzar el sistema inmune del enfermo para controlar el virus. En cualquier caso, esta vacuna no lograría curarlos, pero sí les permitiría dejar de medicarse", explica el doctor Alcamí.
-Nuevas vacunas
En este marco científico, y a fin de actualizar los últimos conocimientos en vacunación del adulto, los especialistas reunidos analizarán en la jornada de mañana las vacunas recién incorporadas a la práctica clínica diaria como es la vacunación del VPH y aquéllas de próxima llegada a nuestro país como la vacuna del Herpes Zóster. Sobre el virus de la varicela, que es el causante de esta enfermedad, el doctor Gil destaca "los enormes beneficios de vacunarse a partir de los 50 años, edad a partir de la cual el virus puede reactivarse, dando lugar a lesiones cutáneas agudas que suelen provocan dolor intenso o sensación de quemazón, paratesia e hipertesia, además de otros síntomas neurológicos".
Ésta está indicada en personas mayores de 50 años y especialmente si presentan algún tipo de enfermedad crónica asociada (cardiopatías, insuficiencia renal, lupus, etcétera), situación que les hace más proclives a enfermar. De tener en cuenta todas estas recomendaciones, los expertos estiman que la vacuna evitaría a largo plazo más de 100.000 casos de herpes zóster y cerca de 45.000 casos de neuralgia post-herpética. Pero además, desde el punto de vista económico, "se ahorrarían costes importantes", aclara el profesor Gil.
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