Si muero en Marte –If I die in Mars- es en título de un minidocumental acerca de algunos de los candidatos para viajar al planeta rojo. En el mejor de los casos, la muerte se produciría a años luz de casa porque los astronautas del tercer milenio, los héroes, los elegidos no podrán volver jamás.
¿Cuántas personas piensan que están dispuestas a tamaña renuncia? A dejarlo todo en aras del bien común. A no respirar sin ayuda externa, a no deglutir con gula una hamburguesa, una copa de vino, a no volver a ver jamás a aquellos que aman… Para su pasmo, el documental de The Guardian explica que en 2012 se presentaron la friolera de 200.000 personas. Actualmente quedan 660 finalistas.
Su sangre fría es admirable. Porque además de comer alimentos deshidratados por el resto de su vida, se les olvidaba otra privación sensorial: en la nave aeroespacial el sexo está prohibido. En el pequeño nuevo planeta de estos valientes colonos la superpoblación que supondría un solo bebé marciano desestabilizaría el avituallamiento.
Los candidatos a ser los vaqueros de la última frontera, la definitiva, lo aceptan con naturalidad. Uno de ellos, matemático, mantiene que nunca ha sido besado con lo cual no puede echar de menos lo que nunca se ha conocido. Otra mujer, de Pakistán, sostiene que ya cambió de planeta una vez, al dejar su país para viajar a Estados Unidos. Que lo dejó todo atrás cultura, credo y amigos. No sería muy duro volver a hacerlo de nuevo.
Otro candidato de Sudáfrica mantiene que el planeta, hoy por hoy, es injusto, hostil e inhabitable. Ya es hora, apunta, de crear uno mejor. La recompensa, coinciden, pasar a la Historia como los primeros cuatro que colonizaron el planeta Rojo.
Casi la convencen si no fuera por lo de la privación de la carne. De la hamburguesa, dice.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure