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Sólo en un partido en el Bernabéu, el club ingresa en taquilla por entradas alrededor de 300.000 euros. Si le sumamos el merchandising que se vende el día del encuentro en su tienda, los ingresos por televisión si se retransmite, de patrocinio, etc, las cantidades son astronómicas, y es normal que los principales protagonistas de ese negocio (los jugadores) se lleven pingües salarios.
En el mundo de la empresa, más cotidiano, del día a día, tu capacidad de generar ingresos depende de tu capacidad de generar valor económico. Y el éxito siempre procede de la diferencia. Si ofreces algo diferente, tienes una oportunidad. El compuesto químico está en la singularidad. Michael H. Goldhaber decía: «Si tu trabajo no tiene nada de especial, nadie reparará en ti con independencia de lo duro que trabajes, y eso significa que tampoco te pagarán mucho». Margaret Thatcher también afirmaba cierta vez: «Si la única oportunidad que tenemos es la de ser todos iguales entonces no es una oportunidad». Y la diseñadora de moda Coco Chanel (1883–1971) apuntillaba la siguiente receta: «Para ser irremplazable tienes que ser diferente».
El éxito está en trabajar la originalidad y no ser una fotocopia, única manera de ser realmente competitivos. Todos tenemos alguna "rareza" que podemos convertir en negocio. La cuestión es descubrirla, entregarnos a ella y ser capaz de ponerla en valor, ya sea por cuenta propia (emprendedor) o por cuenta ajena (empleado). Recuerda las palabras de Seth Godin: «El verdadero crecimiento llega con productos que molestan, ofenden, no gustan, son demasiado caros o demasiado baratos, demasiado pesados, demasiado complicados, demasiado simples... demasiado algo». En resumen, diferentes a lo estándar, cotidiano, habitual. Y añade: «Si usted es extraordinario, probablemente no caerá bien a algunas personas. Forma parte de la definición de extraordinario. Lo mejor que puede esperar una persona tímida es pasar desapercibida. Las críticas se dirigen a aquellos que destacan». Y ojo, ser extraordinario no significa ser extravagante o grosero. Conviene no confundirlos, aunque en algunos casos puedan coincidir.
Si lo que ofreces es fácilmente sustituible, no aportas mucho valor. Incluso si algún día tu trabajo se puede sustituir por una máquina, se acabará haciendo. La gente trabaja duro porque piensa que trabajando duro llegarán resultados. Pero no todo es trabajo duro. En realidad, casi todo el mundo trabaja bastante duro, pero sólo unos pocos consiguen marca diferencias.
¿Dónde está la clave entonces? Como dice Jim Rohn «Aprende a trabajar más duro en ti mismo que en tu trabajo». Dicho de otra manera: Invierte en ti. Tu nivel de ingresos crece en la medida que crece tu desarrollo personal. Invierte en descubrir cuál es tu diferencia o dónde puedes desarrollar una; invierte en ponerte en valor; invierte en renovar tu diferencia (los océanos azules casi siempre acaban convirtiéndose en rojos); invierte todo lo que puedas en "aprender de los mejores" (muchos han plasmado sus consejos y tips en libros o vídeos); invierte todo lo que puedes en relacionarte (y si encuentras un buen mentor, has encontrado lo mejor que te puede pasar)... Nunca dejes de invertir. Nunca pares. Porque como se suele decir: «Hay que correr mucho para quedarse en el mismo sitio».
Os dejo un vídeo con Jim Rohn:
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