Si siempre quisiste ser madre, si siempre soñaste con tener hijos, ¡tenlos! Pero si tienes dudas, si no sabes si quieres, usa esas reflexiones para tomar una decisión consciente. Tienes la suerte de poder decidir: no dejes que nadie tome esta decisión por ti.
Desde luego hay más opiniones que dan por hecho que tendrás hijos - al fin y al cabo eres una mujer, no? Y si tienes pareja ¿A qué esperas? Tu madre hace tiempo que está lista para ser abuela. Tu pareja quiere presumir de su príncipe heredero. En tu trabajo los proyectos son cada vez menos interesantes, porque tu jefe da por hecho que pronto pedirás la baja por maternidad. Y al pronunciar tu edad, alguien siempre acaba comentando o que deberías aprovechar que eres joven o que tienes que tener cuidado que "se te pasa el arroz".
La pregunta para los demás no es si vas a tener hijos, sino cuándo. Es fácil dejarse llevar por esta inercia. Aún así, te conviene hacerte un par de preguntas, a ti y a tu pareja. Si tienes dudas, será por algo.
Horarios y trabajo: ¿Quién se quiere / puede quedar en casa?
¿Qué quieres hacer después de la baja de maternidad? Te quieres quedas en casa unos meses o unos años? ¿Quieres volver al trabajo cuánto antes? Si te encanta tu trabajo, si prefieres mantener tu independencia financiera, o si simplemente un salario no es suficiente, volverás al trabajo a los pocos meses. ¿Tu pareja se quedará en casa? ¿Tienes opción de contratar una AuPair? ¿Puedes contar con los abuelos? ¿Te puedes permitir una guardería privada por si no consigues plaza en la pública?
¡Ojo! Es importante hablarlo explícitamente con tu pareja, no porque te estaría ocultando algo, sino porque cada uno de alguna forma recrea el hogar de su infancia. A lo mejor tú das por hecho de que el adaptará sus horarios, siendo autónomo. Mientras tanto él cree que tu dejarás de trabajar para ser ama de casa como su madre en su día. El mejor momento para hablar de estas cosas es ahora.
Tareas de hogar y finanzas: ¿Quién hace qué? ¿Quién paga qué?
Si uno de los dos se queda en casa para cuidar de los hijos, ya no tendrá ingresos. Para muchas personas eso presupone un estrés importante y una de las razones por las que muchas madres dejan de cuidar de si mismas. ¿Cómo le voy a pedir dinero para ir a la peluquería? Hay miles de formas de resolver estos dilemas, siempre que pones el tema sobre la mesa. Suponiendo algo en silencio solo genera frustraciones a largo plazo.
Si ambos siguen trabajando, las discusiones giran alrededor de quién paga la mutua, quién paga los pañales y la ropa, quién es responsable por los costes que genera visitar los abuelos en Galicia con tanta frecuencia. Dividirlo mitad-mitad quizás le pone en desventaja a la persona que gana menos. Crear una cuenta en común para los gastos de familia tienes sus propias ventajas y desventajas. Nuevamente, es motivo para sentarse juntos en la mesa y hablar!
Plan de vida: ¿Qué visión tienes para tu hijo?
¿Tu hijo irá a una escuela pública o privada? ¿Das por hecho que aprenderá a tocar un instrumento? ¿Pasará el agosto en Inglaterra a mejorar el Inglés? ¿Te importa lo que viste? ¿Invertirás tiempo en escoger la guardería perfecta o con que esté cerca de casa ya te vale? ¿Das por hecho que por la mañana desayunáis juntos, toda la familia o cada uno come algo por su cuenta antes de salir de casa?
Quizás lo más fácil sea sentarte con tu pareja para hablar de la infancia de cada uno. ¿Que querrás repetir? ¿Qué quieres evitar bajo cualquier circunstancia? ¿Por qué?
Quizás llegas a la conclusión que ahora no es el momento (por cierto, la única excusa socialmente aceptada), o que la persona con la que estás no es la persona adecuada, porque vuestros valores y expectativas a la maternidad y paternidad son muy diferentes. O quizás te das cuenta que vuestras expectativas se complementan perfectamente y que ahora sí es el momento.
Sea cuál sea tu decisión, ¡que sea una decisión consciente!