... que los consejos que doy a otros los escuche yo mismo. ... que el último beso despertara las mismas sensaciones que el primero.... aprender a ser buen hijo antes de tenerlos.
... que los animales de vez en cuando pudieran dar su opinión sobre nosotros. ... que uno tuviera el sentido del tacto en la mirada. ... que la palabra destino solo tuviera el significado que le dan las agencias de viajes. ... que la edad no fuera proporcional a las responsabilidades. ... que solo existiera el cáncer en el horóscopo.
... que la primera vez se le atribuyera al que mejor lo hizo. ... que a uno le hicieran todo lo que uno le quiere hacer a los demás.
... que las palmaditas en la espalda se pudieran ingresar en el banco.
... que jubilarse fuera llenarse de júbilo. ... no haber gastado todas las lágrimas cuando niño.
... que disfrutara este día como si fuera el último.
... que el dinero valiese igual que en el juego de monopolio.
... que el dolor del mundo fuese inversamente proporcional a la hipocresía y el hambre inversamente proporcional al egoismo.
... que los abrazos virtuales te abrazaran.
Si todo esto pudiera ser, los sueños serían lo que vivimos despiertos y la realidad lo que soñamos.
Fotografía de Javier Villena.