Es una verdad tan simple como indeseada: si quieres madrugar mañana, asegúrate de irte a dormir hoy. Aún así, es una de las preguntas más frecuentes que he recibido en las últimas semanas: ¿debería irme a dormir más temprano?
La respuesta es sí: si quieres madrugar y aprovechar de estas horas extras es absolutamente necesario que vayas a dormir más temprano. Si simplemente recortas tus horas de descanso, las desventajas de arrastrar un déficit de sueño importante durante todo el día anularán cualquier ventaja de madrugar.
¡Ojo! Eso no significa que “madrugar no es para ti” ni tampoco que has encontrado la excusa perfecta para quedarte en la cama hoy. Si has decidido madrugar, será por algo. Y esa razón ojalá sea suficiente para que revises tus hábitos nocturnos.
Trabajar hasta las tantas no es un mérito
Aunque vivas en España, eres capaz de estar en la cama antes de la media noche. Es posible que haya noches en las que te fuiste a cenar muy tarde, que has vuelto del gimnasio a las diez o que has quedado a por un café después del trabajo. Y aún con estas actividades, apostaría que llegas a casa antes o alrededor de la media noche.
Nadie ha dicho que anules tu vida privada. Tan solo te recomiendo que lo aproveches de forma consciente: si vas a cenar tarde, este será tu última actividad del día. Si quedas a por unas copas con tus amigos, después ya no vale la pena que enciendas el ordenador.
Trabajar hasta las dos de la mañana no es un mérito, es un riesgo. Especialmente en combinación con el hábito a medias de madrugar, el cansancio acumulado durante el día resulta que trabajas lento y sin la creatividad y atención que requieren tus tareas. Así que, vete a dormir y hazlo mañana.
Ponte el despertador para ir a dormir
Si necesitas un despertador para levantarte, probablemente también necesitas un recordatorio para irte a dormir. Nada te impide que aproveches tu alarma para esta misma tarea. Tu móvil, tu agenda, tu pareja: aprovecha las herramientas que están a tu alcance para conseguir las horas de sueño que necesitas hasta que te hayas acostumbrado al nuevo ritmo.
Tu meta serán unas siete horas de descanso cada noche. Si consigues más horas, aprovéchalo. Si te quedas en seis horas, haz un seguimiento cuidadoso de tu estado de ánimo durante el día. Si por las tardes te invade el mal humor es muy probable de que no hayas dormido lo suficiente. Sí, se puede funcionar perfectamente con cinco o seis horas de sueño: la pregunta es sí “funcionar” es suficiente para ti.
Aleja las pantallas de tu dormitorio
Las pantallas retro-iluminadas (lease: ordenador, tablet, móvil) activan el cerebro, algo que no te conviene justo antes de irte a dormir. Y seamos sinceros: ¿qué gran noticia te puedes perder a las once horas de la noche? Apaga estos cacharros y dedica la última hora del día a tu familia, a un buen libro, a pintar o organizar la casa para empezar bien el siguiente día.
Yo utilizo la aplicación f.lux en mi ordenador: a partir de las 9 de la noche mi pantalla se vuelve gradualmente más amarillenta. La idea es reducir el porcentaje de iluminación azulada (que es la que más estimula tu cerebro) y de paso avisarme que ya es hora de cerrar el ordenador. Y como es gradual me estresa menos que un alarma puntual.
¿Qué otras recomendaciones tienes para dormir antes de la media noche?