Por Paula Zoido
Tú dirías:
en tu boca, perenne,
la sonrisa, el beso,
la música en tus labios,
poesía tras tus dientes,
carcajada que brilla
en tus ojos:
tú dirías.
Si mi pelo pudiera
derramarse en tu estómago
desnudo, en tu piel
de animal orgulloso,
tú dirías: cascada.
Y en ella lavarías
tus manos hambrientas.
Tú dirías:
tus pechos el pan,
mi alimento,
custodia del latido
que palpita en mi cuello;
tus brazos
refugio, hogar en la noche,
escondite secreto:
tú dirías.