¡Esta cárcel, estos hierros
en que España está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero¡
Teresa de Jesús.
El país está sumergido-casi ahogado- en la más completa miseria. Económica, política, gubernamental, judicial, sanitaria, educativa y moral. Nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos. Han expoliado y saqueado al país y a sus habitantes, y, reunidos en oligarquía delictiva, han arrimado para su buche.
Cuando millones de ciudadanos sufren un paro irresoluble, cuando todos están fritos a impuestos y recortes de servicios y derechos, una camarilla reducida lleva años “llevándoselo calentito”. Una connivencia atroz de políticos de aluvión, constructores, delincuentes empresariales y empresarios delincuentes.
Los cuatro últimos tesoreros del partido que gobierna son multimillonarios y tres de ellos están imputados en delitos de corrupción. A uno se le descubre, hoy, una cuenta con 22 millones en Suiza, y pasado mañana, otras de no se sabe cuánto en Colombia y Argentina, al ministro de Hacienda se le cuela ayer el chorizo por el portillo entreabierto de la amnistía, que diseñó a la medida de una grey de defraudadores, y hoy, hasta 19 imputados más en una trama de delito y soborno- casualmente, todos del mismo partido- que acuden, solícitos a blanquear el invento.
Es el mayor escándalo moral de la inmoral Historia de España. Han destrozado el país y se lo han repartido en sobres. Y detrás de ellos están la mayor cohorte de ladrones, en forma de obras y contratas, que se conoce.
Es de vergüenza ajena ver comparecer al llamado presidente del país detrás de una pantalla de plasma para mal defender a su camada, o como la “tolerancia cero” contra la corrupción se convierte en una mayoría parlamentaria que impide un debate en el lugar oportuno o la creación de una comisión investigadora.
Son cosas hasta triviales, ¿cómo puede una ministra que ha viajado por medio mundo a gastos y regalos pagados por una trama de delincuentes, imponer una reforma sanitaria, que aparte de copago o repago de medicamentos, desmantela y privatiza en beneficio de empresas amigas la atención hospitalaria de un país?
Hay un mensaje paralelo y subliminal, añadido al expolio. Crear la convicción de que no se puede hacer nada. Que hay que tragar con la corrupción y con el delito porque es inevitable.
Y hay que rebelarse contra esto. Se puede. Se puede erradicar y desinfectar a este país de esta epidemia de mangantes. No todos los políticos son iguales. Son ladrones los que lo son y los vamos conociendo.
Pero no nos sirve este sistema, estas leyes electorales, esta justicia y hasta esta democracia.
Pero en la voluntad de los ciudadanos, en su rechazo moral y cívico, está el embrión para cambiar las cosas. Se puede.
Han hecho el propósito de expoliarnos hasta duplicar su propia realidad, pero una respuesta contundente del colectivo, incluso utilizando su propia lógica electorera los puede mandar a ese lugar infecto desde el que ahora nos aromatizan a todos. Se puede.
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