A lo largo de los años, me he ido dando cuenta que muy poca gente reconocería, al menos públicamente o entre amigos, que no le gusta trabajar mucho. Todo el mundo cree que el trabajo, especialmente trabajar mucho, forja carácter moral deseable. A los que quieren mejorar sus condiciones laborales o trabajar menos horas (como es mi caso), se nos llama desde vagos hasta casi delincuentes morales. Por eso, realmente asombra como a pesar de toda esa retórica contra la “vaguitis”, la gente trabaja tanto para, de hecho, CONSEGUIRLA. Incluso los puritanos, uno de los grupos más pro-trabajo, estaban dispuestos a trabajar muchísimo con tal de llegar al cielo algún día y, en efecto, NO trabajar. Toda clase de industria hace lo que pueda para darle a sus clientes más tiempo libre.
El propio Mises, nada sospechoso por estos lares (o eso espero) de ser un peligroso “rojo comunista”, dijo lo siguiente en su libro Acción humana:
“El no trabajar se considera un estado mejor y preferible a trabajar. El ocio es algo mucho más valorado que el trabajo. La persona trabaja únicamente cuando saben que les resultará más rentable reducir sus placeres o satisfacciones personales.
Sin embargo, yo creo que no tiene nada de malo querer más ocio. Siendo así, en un mundo donde cada vez parece que hay más estrés laboral, yo he optado por opciones inteligentes (desde mi punta de vista) que exigen poco pero pagan bien en España.
Relájate. Yo aquí voy a defender algo que muchos quieren pero no lo dicen: intentar trabajar menos y tener más tiempo para el ocio. ¡Oh qué escándalo! No, realmente no – lo que pasa es que tú lo piensas y lo quieras, y yo lo digo.
Da clases – de matemáticas, de inglés, de algo específico o técnico.
Hace tiempo, un diseñador de software dijo que casi todos los profesores de inglés que conocía en China se describían ellos mismos como “muy inteligentes, pero muy vagos”.
En China, por ejemplo, cierta enseñanza está muy bien pagada y hay mucha demanda. No exigen mucho. En algunos casos, tan solo necesitas haber nacido en un país de lengua inglesa.
Las clases en general ofrecen horarios flexibles. Muchísimos profesores lo hacen a tiempo parcial – vienen aquí, o a China o donde sea para tener un suplemento para su ocio personal o mientras buscan un trabajo más estable/permanente.
Obviamente, depende de dónde hablemos y qué clases das. En España, salvo que trabajes en una gran academia, si das clases de inglés probablemente estarás explotado. Esto ya lo denuncié aquí en su día. Pero hay otras combinaciones que sí se pueden hacer. Yo por ejemplo doy clases de Cálculo. En España, por lo general, las ciencias se pagan mucho mas que las letras. Aunque dentro de las ciencias, un profesor de química puede cobrar algo más que uno de Cálculo. Personalmente, NO me da la gana estar en una oficina 8+ horas al día, delante de una pantalla, con la misma gente, escuchando temas monótonos de conversación, gente en general que sí, que trabaja mucho pero me resulta muy aburrida y poco interesante (desde mi punto de vista e intereses). Quizá es mucho más estable – un trabajador de gran empresa en España por ejemplo tiene su plan de pensiones privado en muchos casos (yo no tengo eso ni lo deseo), tiene a lo mejor un plan médico privado que le paga la empresa, y lo más importante para ellos, para este tipo de perfil conservador, es un sueldo mensual garantizado y durante mucho tiempo. Pero esa gran estabilidad también tiene su precio: en general, eres reo de tu empresa. Te vigilan todo el día, estás desde las 7 de la mañana en muchos casos hasta las 8 de la tarde (esto lo he visto y lo veo en Madrid), sin apenas tiempo para pensar. Sí, me podrás decir que cuando seas mayor tendrás tu pensión (que ni eso, no te creas todo lo que te dicen) pero de viejo no podrás disfrutar de tanto como ahora. Por eso hay una frase que reza “solo los buenos mueren jóvenes”. No siempre estoy de acuerdo con esa frase, pero sí es verdad que hay mucha mediocridad o gente con expectativas básicas: casa, coche, mujer, hijo, familia, plan de pensiones, casa en propiedad…poco más.
Yo lo que veo es que (Salvo en el tema de la seguridad laboral), gano igual o más trabajando pocas horas a la semana que los que están en la oficina 50 horas a la semana o hacen horas extras hasta que se agotan.
En mi caso, entro por la mañana tempranito, hablo un poco, me tomo un café, doy la clase y hablo de lo que me da la gana a mí. Salgo, los alumnos se despiden, luego por la tarde, muy después de la comida, unas horas más y listo. Finito. Todo esto, a 10 minutos de mi piso en autobús. “Joé qué bien vives”. Pues sí.
Teclados y pijamas
Si no te gusta salir de casa para estar en una oficina rodeado de gente que posiblemente ni te caiga bien, siempre puedes ser programador informático. No exige mucho de ti (aunque es formación continuada) y muchos de los retos son repetitivos.
Incluso, la propia naturaleza de este tipo de trabajo se presta a trabajar menos. Un buen programador escribe pocas líneas de código si esto es posible. Mientras, cobran bien. Al mismo tiempo, trabajas con gente también inteligente, técnica, mientras que los inversores siempre te están dando dinero para financiar sus grandes planes o ideas.
Ahora bien, en este trabajo lo mejor posible es intentar trabajar en un puesto público. En muchos países, solo trabajan 35 horas o menos a la semana, salvo que seas director y entonces es algo más o menos, dependiendo de lo que hagas.
Hazte un “experto”
El mejor trabajo posible es aquél que te permita usar tu inteligencia para dar opiniones, siendo “experto” en algo. Es muy probable que aquellas cosas que te gustan o te parecen divertidas, son algo que otros encuentran difícil de hacer y están dispuesto a pagarte por tus consejos. “Qué loco”, dirán. Pues mirad, vivimos en un país donde se paga a cualquier idiota por dar una opinión política que cualquiera de nosotros puede comentar con mas nivel en un bar: Losantos, Juan Ramón Rallo, Gabriel Calzada…a toda esa gente se le paga por decir gilipolleces.
Ser relajado tampoco siempre es un problema. Bill Gates, sí, BILL GATES, dijo una vez esto: “Siempre elijo a una persona vaga para un trabajo difícil, porque intentará conseguir la forma más fácil de hacerlo”.
Pues eso, que siempre te quedará Windows y si no, pues una oposición a funcionario. No tiene NADA de malo querer reducir tus horas por más sueldo y trabajar menos. El que te diga lo contrario es un hipócrita. Todos los que llaman “vagos” a los demás son los primeros en comprarse su “smartphone”, quieren wifi, apps, todo tipo de objetos que reducen el “trabajo”. ¿Ellos sí y nosotros no? A otro perro con ese hueso…libegales.