Revista Salud y Bienestar
La vida mental y emocional, nuestra personalidad y estado anímico se ven reflejados en nuestra postura corporal y la forma de nuestra espalda. Así, por ejemplo, una persona triste o desanimada camina con los hombros caídos, mientras que la gente con éxito y satisfecha camina con la cabeza erguida y la espalda recta.