¡Si tú me dieras tu corazón!
y en mi pecho palpitara...... yo lo cuidaría con ilusión hasta que mi vida se marchara.
¡Si me dieras tus pupilas! y me quitaran la ceguera, yo vería a mi pobre madre que llora y se desespera.
¡Si tú me dieras tu riñón! cuando ya no lo necesites, yo abandonaría el sillón donde atada me conociste.
Los órganos son imperios que nadie tiene recambio, si tú no puedes usarlos piensa, si quieres donarlos. Ellos seguirán latiendo, en cuerpos recomendados, donde llegarán corriendo para ser ya , trasplantados.
Tu decisión, es importante, tú salvarás los órganos y si necesitas trasplante, alguien te dará sus manos.
Autora: Antonia Navarrete
Mayo 2010 (Con todo mi cariño a los donantes de órganos)
