Sicario: la boca del lobo

Cuando el cine de autor en el mejor sentido posible de la acepción se pasa a Hollywood corre inmediatamente el grave peligro de ver los colores a través del prisma canónico colocado por los señores ejecutivos; esta práctica allí funciona como filtro para buscar el éxito arriesgando lo menos posible, ya que los gustos de los moldeados espectadores son de sobra conocidos. Ello acorrala el estilo propio hasta dejarlo sin aire que respirar, y se acaba logrando una película firmada por “Sutanito de Tal, ganador de (palmarés aquí) y autor de (currículum de éxitos pasados completamente ajenos a su actual situación aquí)”. Pero se trata, como es obvio de una venta de tu nombre y así de tu alma en ejercicio de marketing y por una muy suculenta suma, que “de algo hay que vivir”. El mérito del enorme último trabajo del canadiense Denis Villeneuve es el de haberse colocado su personalidad por montera con el cuchillo entre los dientes y haber representado con todo lo que tiene dentro de narrador, que es una barbaridad, una historia que no da la espalda a esa capa de sucia realidad que impregna su cine.

Mucho más cercana de Traffic que de SWAT, la acción nos ubica en la desdibujada frontera entre Estados Unidos y México, donde Kate Mercer, una agente del FBI interpretada con carácter y riqueza de matices por Emily Blunt, es reclutada de forma apresurada por un grupo de élite en la lucha contra el narcotráfico. Los carteles se están haciendo mucho más que fuertes y hay que golpearles en el corazón, cueste lo que cueste y aunque para ello haya que “desplazar la frontera de los límites de la legalidad”. Como compañeros de aventura tendrá a los sibilinos Josh Brolin y Benicio del Toro (en su salsa el primero en el papel de burlón de moral dudosa y sencillamente brutal, en todos los aspectos, el segundo, un señor don actor con todas las de la ley).

Por el angosto camino se irá dejando la agente, que hace en la película de ojos y oídos del quien está al otro lado de la pantalla, irrecuperables partes de inocencia, humanidad e incluso integridad. Todo vale, nada es tal y como parece que es y la ley del más fuerte son oscuros conceptos que la protagonista irá asumiendo a medida que se va adentrando de forma voluntaria en una boca del lobo magníficamente representada por la magistral escena del túnel, cargada de tensión, con el ritmo idóneo y el acompañamiento sonoro perfecto.

Si además tienen la ocasión de asistir a la versión original rodada tanto en inglés como en español (sin nadie hablando con acentos raros), mejor para ustedes, ya que todo adquiere una dimensión extra, pero en cualquier caso estamos ante el nítido ejemplo de que es posible aterrizar en Hollywood, construir tu propio proyecto de alto presupuesto sin ser maliciosamente tildado de “comercial” y deslumbrar con el resultado. Ahora Villeneuve puede marcharse a seguir haciendo cine personal y pequeño o ir alternando con historias de gran estudio sin pedir perdón a nadie: tiene de par en par las puertas abiertas de ambas opciones. Porque él lo vale.

Dirección: Denis Villeneuve. País: USA. Duración: 121 min. Género: Thriller, acción. Intérpretes: Emily Blunt, Benicio Del Toro, Josh Brolin, Jon Bernthal, Jeffrey Donovan, Raoul Trujillo, Daniel Kaluuya, Maximiliano Hernández, Dylan Kenin, Frank Powers, Bernardo P. Saracino, Edgar Arreola, Marty Lindsey, Julio Cedillo. Guión: Taylor Sheridan. Música: Jóhann Jóhannsson. Fotografía: Roger Deakins. Estreno en España: 13 Noviembre 2015.