Hoy nos desplazamos al Oriente, hasta Naves, en Llanes. Nos acercamos al Cabañón, guiados por el programa de la TPA “La guía Michigrín”, el cual visita diferentes locales de Asturias, en busca del mejor chigre de la región, y este parece ser el mejor de este año.
El Cabañón es un antiguo llagar, a pié del Camino del Norte, acondicionado con varios salones y un patio cubierto, decorado como si del museo de la sidra se tratase. Se trata de un restaurante tipo sidrería con parrilla de carnes, el cual produce su propia sidra, considerada una de las mejores del Oriente, y en su carta tienes de todo, desde entrantes fríos a calientes, como las croquetas caseras, boronos, chopitos, rabas, pastel de cabracho, setas,… ensaladas, arroces, carnes de ibérico y de buey, y postres caseros.
Sin duda alguna el gran atractivo del lugar es el local, muy bien ambientado y decorado, con verdaderas joyas etnográficas en sus paredes. Lo más flojo creo que la atención, me daba la sensación de que estaban un poco sobrepasados, ya que en varias ocasiones tuvimos que perseguirlos con la mirada para en un cruce de las mismas pedirles pan, sidra o la cuenta. Se podría decir que la cosa va con calma, así que no valláis con prisa porque entramos a las 14:30 a las 16:20 que salimos, pero en buena compañía y con la panza llena no hechas tanta cuenta.
Dispone de un aparcamiento propio y en el exterior se puede estar muy bien tomando una botella sidra antes de entrar, junto a un par de castaños.
En cuanto a los precios, está bien, si no te metes en carnes puedes comer abundante y bien por 12-15 € incluido postre, pero las carnes suben mucho la cuenta, aunque son de calidad.
Nosotros éramos 7 personas y tomamos de entrante dos de boronos y una de croquetas caseras. Los boronos (del mismo origen Celta que Boroña) se preparan con ocasión de la matanza, y son unas tortas de maíz y sangre de cerdo, condimentadas con cebolla y lo que el cocinero estime, y a su vez fritas, con lo que el sabor es similar al de las morcilla, si bien tiene el toque a maíz y no son tan pesados como pueda resultar un torto. Es similar al emberzao o al borunchu.
También comimos tres cachopos y una parrillada de carne. El cachopo esta bueno, aunque le falta un algo, algo que lo diferencie de cualquier otro. Es grande y con patatas. La parrillada incluye solomillo, costilla, criollo y entrecot, si no recuerdo mal. Como veis en la foto no me pareció muy abundante si bien el producto se nota que es bueno, y creo que el parrillero no tenía el día y estaba un poco pasada la carne, pero aún así estaba bueno.
De postre arroz con leche, dos tartas de queso, tarta de nueces y dos mousse de chocolate, tres botellas de sidra, dos de casera y una de agua, y con cafés, por el módico precio de 20 € por barba, incluida la propina.
Los postres caseros muy buenos, sobretodo el arroz con leche (no requemao) y la tarta de queso, muy fina.
Como veis es una buena opción si visitáis la zona, pero recordar reservar porque le sitio está lleno. Desde aquí le concedemos 3 lametones
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