Hoy nos acercamos a un local clásico de Gijón, y que como su nombre indica, más de cien años lo acompañan. Se trata de la sidrería Centenario de Gijón, situada en la plaza Mayor.
Se trata de un local no demasiado grande, con la sidrería en la parte baja y un comedor en el piso superior. Con el buen tiempo también podemos disfrutar de su terraza. En esta sidrería no realizan reservas así que nos pilló de paso y decidimos quedarnos a cenar algo.
Éramos seis personas y pedimos las siguientes raciones. Hígado encebollado con patatas fritas. El hígado estaba algo duro y el encebollado estaba muy pasado. Suele ser un plato que tradicionalmente se sirve con pimentón, hasta donde yo he visto, pero en este caso no lo llevaba, con lo que el plato es bastante insípido. Pollo al ajillo, también acompañado con patatas fritas, correcto. Fritos de Pixín, ricos, acompañados de mahonesa. Mejillones a la marinera también buenos. Por último pedimos Ñocla a la plancha, muy floja, poca chicha.
De postre pedimos tarta e arroz con leche casera que no sabía a nada en absoluto. No se si en algún momento de su vida supo a algo y en el refrigerador perdió el sabor, pero para ser casera todo un fiasco. También pude probar la tarta de chocolate casera, muy floja, sabe a chocolate, bien, pero valor como tarta o postre muy poco.
Tomamos sidra Frutos, que a mi podre entender creo que estaba bastante bien, junto con varias aguas y cafés. Todo ello por 20 € por persona incluida propina. Realmente no hubo nada que me gustase especialmente. Servicio correcto, algunos platos bien y otros muy mejorables, precios de Plaza Mayor, para mí un dos lametones.
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