El 10 de Junio de 2012 se exhibió en el Teatro Caupolicán de Santiago el documental “Pinochet”, dirigido por Ignacio Zegers y premiado con el galardón Hispania de Oro, del Festival Internacional del Gran Cine Hispanoamericano. El evento fué organizado por la Corporación 11 de Septiembre como homenaje al fallecido ex-dictador.
Tal hecho fué fuertemente criticado por agrupaciones de familiares de víctimas de la persecución política del gobierno encabezado por el General homenajeado, en particular la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos AFDD, quienes presentaron un recurso de protección para evitar la realización del evento y emplazaron al gobierno a pronunciarse sobre el tema. Tal rechazo contó con el apoyo del entonces presidente del Senado, el socialista Camilo Escalona, quien públicamente lo calificó como un “despropósito” y una ofensa a las víctimas de la dictadura.
Tanto los organizadores, como los realizadores del documental, en cambio, abogaban por la libertad de expresión y el derecho a realizar un evento privado.
El gobierno del presidente Sebastián Piñera, por su parte, tomó distancia de la polémica, y a través de su vocero Andrés Chadwick señaló que esta es una actividad como cualquier otra, y precisó que “No favorecemos, ni colaboramos, ni participamos, ni somos partidarios de este tipo de homenajes”.
El asunto provocó revuelo público, con la convocatoria a una manifestación de rechazo a la realización del evento, por parte de la AFDD, cuya presidenta Lorena Pizarro declaró que “Éste es el acto de los genocidas, de los violadores de derechos humanos”.
Los ánimos se encendieron al extremo que los manifestantes agredieron física y verbalmente a los asistentes a la exhibición del filme.
En este contexto se produjo una violenta acción, por parte de un grupo de jóvenes, en contra de una mujer identificada posteriormente como Gina, a quien golpearon e insultaron reiteradamente, ante la total indefensión de ésta, y el temor a intervenir en su defensa por parte de quienes fueron testigos de la dramática escena.
Éste hecho particular en su oportunidad, pasó inadvertido para los medios y la opinión pública, entre los muchos actos de violencia que se vivieron aquel día en torno al homenaje ya citado, y cobró relevancia recién a partir del 30 de Enero del presente año, en que, a través de YouTube se difundió un video que lo registra en su totalidad, y que rápidamente se difundió a través de las redes sociales, Twitter, Facebook y otras.
En el video, que a día de hoy se encuentra eliminado del sitio a través del cual se difundió, se identifica con claridad a la mujer agredida, quien luego del tiempo transcurrido desde aquella fatídica experiencia, no ha querido aparecer ante los medios de comunicación, y sólo se sabe de ella que cayó en una profunda depresión, y se marginó de toda actividad partidista.
A falta de tal documento audiovisual, incluyo el video en el que se informa de estos hechos a través de la televisión:
La otra persona identificada, y que hoy lamentablemente se transforma en una víctima más de la intolerancia y la falta de respeto por la libertad de pensamiento, es el joven estudiante de medicina de la Universidad de Chile, Gonzalo Antonucci, quien aparentemente habría intentado alejar a la mujer de sus enceguecidos agresores.
El joven en cuestión, ha sido víctima durante los últimos días, de amenazas anónimas en contra de su integridad física, su vida y la de su familia. Se han hecho públicos sus datos personales, nombre, dirección y fotografías personales, y su situación actual es de tal temor ante lo que le pueda acontecer, que se ha visto obligado a presentar recursos legales que lo protejan a él y a sus cercanos.
Cito a continuación la declaración que este joven ha hecho pública a través de su cuenta de Facebook:
Mi nombre es Gonzalo Antonucci Huerta, soy estudiante de V año de Medicina en la Universidad de Chile, Profesor del Preuniversitario Popular de la misma Facultad y militante del colectivo Izquierda Autónoma. Escribo esta declaración porque he recibido múltiples y reiteradas amenazas contra mi vida y la de mi familia.
El día 30 de Enero de este año se viralizó en la redes sociales un video de Junio del año pasado donde se ve la brutal golpiza que sufre una asistente al homenaje al dictador Augusto Pinochet celebrado en el Teatro Caupolicán. En el video se aprecia como una turba de gente agrede verbal y físicamente a la simpatizante en reiteradas ocasiones. En el video aparece un joven de polera roja, pantalón café y zapatillas negras separando a los atacantes para que la mujer pudiera retirarse, ese joven soy yo.
El mismo día en la noche a través de twitter y facebook se difundió la información de que yo era el único atacante reconocido de dicho video, afirmación totalmente falsa ya que en el video se ve claramente que mi única intervención fue con el afán de detener a los agresores.
A través de los medios televisivos (Meganoticias y Chilevision Noticias) se paso el video recalcando el hecho de que ninguna persona había ido al rescate de la mujer. Afirmación falsa y tendenciosa que potenció el nivel de amenazas vertidas.
A raíz de esta difamación he recibido en los últimos días cientos de amenazas contra mi vida y la de mi familia, principalmente de personas y grupos ultra derechistas asegurandome que de encontrarme me matarían, que mi familia merece el mismo trato que la mujer agredida y múltiples amenazas del mismo tono. No contentos con estas amenazas comenzaron a circular mis datos personales, incluyendo el nombre y direccion de mis familiares, fotografias mias y de mi novia.
No puedo sino sentirme profundamente preocupado por el nivel de violencia expresado, así como por la determinación de las amenazas vertidas en mi contra. Esto me obligó a presentar las acciones legales correspondientes con el fin de protegerme a mi y a mi familia, así como a perseguir criminalmente a quienes me han amenazado.
A modo de reflexión no puedo sino mencionar que tanto el nivel de violencia y rencor de los atacantes así como el nivel de agresividad e irracionalidad de quienes me amenazan demuestra como las heridas de la historia reciente de nuestro pais estan lejos de sanar y es responsabilidad de todos ayudar a curarlas con justicia y verdad.
Gonzalo Antonucci Huerta
Mi primera inquietud es en relación al reconocimiento de estas personas: La Sra. Gina, como ex-miembro de la corporación organizadora del evento, y lamentable protagonista del video, resulta fácilmente identificable mediante una simple investigación periodística ante la directiva de dicha corporación. ¿Quién, en cambio, identifica a uno entre muchos jóvenes, quien aparece incidentalmente, y se le reconoce sólo por su indumentaria, como el mismo lo señala? ¿A quién le interesa acosarlo a él en particular, un joven sin figuración política ni pública alguna? ¿A quién le interesa volver a poner el foco de la atención pública en un hecho en el que organizaciones defensoras de los derechos humanos y de la libertad de expresión han quedado en una posición tan desmedrada ante laopinión pública? ¿A quién le interesa recuperar la imagen de altura moral de dichas organizaciones? El anonimato vil tiene doble filo.
Y mi conclusión final es que, como dice el título, si sembramos vientos, inevitablemente cosecharemos tempestades. Combatir la intolerancia con más intolerancia, la violencia con más violencia, equivale a intentar apagar un incendio con gasolina: Sólo genera el aumento de lo que se pretende combatir, y toda la experiencia histórica de la humanidad lo demuestra.
Creo que ya basta. Todos pensamos distino, pero todos queremos un país mejor, y sólo la tolerancia, el respeto por la diversidad, el respeto por las instituciones y la conciencia del bien común, son el camino que nos conduce a ello.