El resto de personajes, con actores de renombre como Alec Baldwin, Kristen Stewart o Kate Bosworth, quedan completamente ensombrecidos por Moore. El director es consciente del producto que tiene entre manos y deja recaer el peso absoluto de la cinta en la protagonista. Los demás personajes casi dan la sensación de que pasaban por allí.
La historia aunque emotiva e impactante por la crudeza de las situaciones, es sencilla, trillada y previsible y, aunque desde luego vale la pena verla por el impresionante trabajo de Julianne Moore, no es nada que no hayamos visto antes.
Nota: 5/10