LEA: Colosenses 3:12-17 | A veces, cuando estoy a punto de salir de casa, mi esposa Martie me detiene y dice: "¡No puedes ir a la oficina vestido así!". Por lo general, se trata de la corbata que no combina con la chaqueta o el pantalón con el saco informal.
Aunque su cuestionamiento de mis elecciones pueda parecer una afrenta a mi buen gusto, me he dado cuenta de que su influencia es siempre beneficiosa.
Las Escrituras suelen exhortarnos a "vestirnos" de actitudes y acciones que combinen con nuestra identidad en Cristo. A veces, nos conocen por la ropa que llevamos, pero podemos dar a conocer al Señor vistiéndonos de intenciones y obras que revelen su presencia en nuestra vida.
El apóstol Pablo nos aconsejó establecer el estándar de moda exhibiendo el guardarropa de Cristo: misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre, paciencia y perdón (Colosenses 3:12). Luego, agregó: "Y sobre todas estas cosas vestíos de amor [...]. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones..." (vv. 14-15).
Para vestirnos a semejanza de Cristo, debemos pasar tiempo con Él. Si lo oyes decir: "¡No puedes salir así!", permítele llevarte al ropero para que Él te vista a su semejanza. ¡Siempre es beneficioso!
Vestirnos de las actitudes y las acciones de Jesús muestra su presencia en nuestra vida.