(Forever)
de Maggie Stiefvater
Los lobos de Mercy Falls
1. Temblor
2. Rastro
3. Siempre
En Temblor, Grace y Sam se encontraron y se enamoraron. En Rastro, tuvieron que luchar por estar juntos... y no lo consiguieron. Ahora, en Siempre, la tercera y última parte de la trilogía, los desafíos y los riesgos son mayores que nunca. Grace parece incapaz de volver a ser humana. El padre de Isabel ha empezado la caza de los lobos de MercyFalls. Surgen del pasado peligros que parecían olvidados. Y mientras la muerte acecha, a Sam y Grace, a Isabel y Cole, les resulta más y más difícil aferrarse al amor.
Qué ganas le tenía a esta novela, y qué miedo me daba leerla. No es difícil adivinar por qué, pues las críticas de esta trilogía siempre han sido de lo más variadas: están los que la odian, los que la adoran, y los que se sitúan en posiciones intermedias. A mí los dos primeros libros me habían gustado bastante, así que tenía mucha curiosidad por saber cómo concluiría la trilogía. Por suerte, Stiefvater no me ha decepcionado.
Si habéis leído los dos libros anteriores, ya conoceréis la maestría de la autora en el manejo de las palabras. Ése es, nuevamente, uno de los puntos fuertes de Siempre. Leer a Maggie Stiefvater es un auténtico placer para los sentidos, incluso cuando el ritmo de la historia sea algo más pausado a lo que muchos estamos acostumbrados.
De la historia en sí no voy a revelar más de lo que ya dice la sinopsis, así que pasaré a los personajes. Tengo que decir que, si bien en general me ha gustado cómo se han desenvuelto en esta novela, echo un poco de menos al Sam del primer libro. Eso no es malo, ojo: la misma Grace dice que Sam ha cambiado, y es cierto. Los personajes evolucionan a lo largo de la trilogía, y eso es algo que me ha encantado, porque es muestra del trabajo que ha puesto la autora a la hora de construirlos.
Si tuviera que destacar algo negativo, diría el ritmo, aunque tampoco lo veo negativo realmente (como veréis abajo, le he dado un 3 a este apartado). Los libros de esta trilogía son lentos, cuidadosamente escritos y hechos para disfrutar. Si bien es cierto que la primera mitad pueda hacerse algo larga, también hay que tener en cuenta el desarrollo de los personajes que tiene lugar durante estas páginas. Y, por supuesto, el estilo de Maggie es tan precioso que leerla es una gozada.
Y al ser el tercer libro de una trilogía, poco más puedo decir sin destripar nada. El libro sigue muy en la línea de los dos anteriores, así que si os gustaron, es probable que este también os guste (hay quien lo considera incluso el mejor de los tres). Y si aún no conocéis la trilogía pero os apetece una historia bonita, diferente a la romántica juvenil habitual y, sobre todo, maravillosamente escrita, dadle una oportunidad a Temblor y sus continuaciones.
Eso sí, un aviso para los de lágrima fácil: derramaréis más de una leyendo este libro. El porqué ya lo descubriréis cuando lo hagáis, aunque si habéis leído los libros anteriores ya sabréis que Maggie es muy de hacernos sufrir.
En definitiva, Siempre es un muy buen final para la trilogía, y, si bien el final en sí no sea lo que probablemente muchos esperan, a mí me ha dejado más que satisfecho.
Historia:
Personajes:
Estilo:
Ritmo:
Opinión:
Lo mejor: La maravillosa pluma de Maggie Stiefvater.
Lo peor: Es algo lento, sobre todo en la primera mitad.