Publicación: Septiembre 2012
ISBN: 97884 01384097
Precio: 17,50€
Páginas: 357
Saga: Hotel Boonsboro #1
La vida social de Beckett, arquitecto y el menor de los hermanos, se limita hablar de trabajo mientras come pizza y bebe cerveza. Pero esta vez su atención no está centrada totalmente en las reformas: lo distrae una mujer, la misma que ha querido besar desde que tenía dieciséis años. Después de perder a su marido, Clare Bewster está centrada en sus tres niños y en llevar la librería del pueblo. Los hijos no le dejan tiempo para pensar en el amor, pero ella se siente fascinada por la transformación del viejo hotel que Beckett está llevando a cabo y querrá admirarlo de cerca... el edificio y al hombre que lo diseña.Nora Roberts vuelve con una nueva trilogía: Hotel Boonsboro. En ella encontraremos las historias de amor de tres hermanos, así como la pasión de cada uno de los Montgomery por el proyecto que tienen entre manos.
Antes de nada, quiero comentaros una impresión mía y, si es posible, que me deis vuestra opinión. Se trata del cambio que ha dado la autora en los últimos tiempos. Sin duda sigue siendo una de las mejores autoras del género, pero tengo la sensación de que se centra demasiado en las descripciones, llegando a dejar a los protagonistas, algunas veces, en un segundo plano. Esto es lo que ocurre , en cierta forma, con Siempre hay un mañana. Pero para que lo entendáis mejor, y no me malinterpretéis pensando que por ello es un mal libro, pues ya ocurrió lo mismo en Llamaradas y le puso una nota muy alta, voy a hablaros un poco de la trama...
Los hermanos Montgomery están realizando el trabajo de sus vidas: la reconstrucción del Hotel Boonsboro. Para ellos no es sólo un futuro negocio, sino la conservación de un edificio con una historia de más de dos siglos. Un lugar que tiene vida propia. Nora nos transmite en cada conversación y cada pensamiento, la adoración, el amor que todos ellos sienten por el hotel. Beckett es el arquitecto, Ryder el contratista, y Owen el que se ocupa de la contabilidad. Juntos, y con el apoyo y ayuda de su madre, van dando forma, poco a poco, a ese asentamiento que ha visto y sufrido tantos cambios durante cientos de años.
En este primero libro conoceremos la historia de Beckett y de Clare, la dueña de la librería del pueblo. Ambos se conocen desde que eran pequeños, pero sus vidas han ido por caminos muy diferentes durante todo este tiempo. Ella abandonó su casa cuando era casi una adolescente junto con su marido, un marine que poco tiempo después murió en una de sus misiones. Destrozada, con dos hijos, y otro en camino, volvió al pueblo donde creció en busca de una estabilidad para su familia. Ahora, años después, tiene todo aquellos que necesita; un hogar, un negocio propio, y a sus pequeños...; no precisa de nada más. Por lo menos hasta que entre ella y Beckett comienza a surgir algo, una sensación que nunca pensó que volvería a experimentar. La diferencia entre ambos, es que Beckett siempre ha estado enamorado de ella... No es un sentimiento nuevo para él, pero sí la oportunidad que estaba esperando.
La historia de amor es sencilla, sin grandes sobresaltos; va evolucionando poco a poco, como en la vida misma. Y no sólo su relación, sino también la de Beckett con los tres pequeños de Clare, con los que es imposible que no se encariñe al momento. He disfrutado todas y cada una de las escenas en las que aparecen estos monstruitos, los cuales dan un toque de ternura que se agradece mucho.
Como veis, la relación me ha gustado, al igual que todos los personajes que vamos conociendo; se trata de una pequeño pueblo donde todos se conocen y aprecian, dando un toque muy hogareño a la historia. El problema es que he tenido la sensación de que Beckett y Clare no son los verdaderos protagonistas del libro, sino el propio hotel... Parece, y siempre hablo desde mi punto de vista, que Nora Roberts tenía en sus manos la idea que quería, es decir, un pueblo, un hotel, y la reconstrucción de éste... y a partir de ahí incluyó a los personajes, los cuales sí gustan, sí enganchan, sí emocionan, pero no, no son los verdaderos protagonista.
Las descripciones de la rehabilitación del hotel son muchas y muy precisas... Yo, siendo sincera, lo he disfrutado igualmente... Es un tema del que se podría decir que entiendo, o por lo menos que tengo cierta idea; no obstante, sé, y estoy segura, que a algunas personas se les puede hacer un poco cuesta arriba si lo que están buscando es una lectura rápida. Mi consejo es que se lea poco a poco, que se valore el cariño que Nora siente hacia ese hotel; el que nos intenta hacer llegar a través de los hermanos Montgomery. Así que, si quieres disfrutarlo de verdad, ponte cómodo, abre Siempre hay un mañana, e intenta palpar con tus propias manos, y percibir con tus sentidos, toda la magia que esconde Boonsboro.
No he contado demasiado de los dos hermanos porque en breve podremos disfrutar de sus historias, así que no voy a entrar en detalles... Lo que sí quiero decir es que estoy deseando leer ambas novelas, ya que, en este libro podemos vislumbrar quiénes serán sus correspondientes parejas, y no podría estar más de acuerdo con la elección...
Como anécdota, si queréis saber la razón por la que Roberts siente tanto cariño por el pueblo, sus habitantes y, sobre todo, el hotel, aquí os dejo una maravillosa entrada de Patri -Historias Susurradas- donde habla sobre ello...
Puntuación sobre cinco
Títulos de la trilogía
1. Siempre hay un mañana
2. El primer y último amor (próximamente)
3. La esperanza perfecta (próximamente)