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Siempre hemos vivido en el castillo

Publicado el 17 marzo 2014 por Sofiatura

Me ha vuelto a ocurrir. Acabo de terminar Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley Jackson, y la primera pregunta que me ha venido a la mente es: ¿y ya está? Bueno, debo decir que este desenlace se veía venir desde el comienzo de la novela, porque ya desde entonces sentí que no conectaba. 
«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.»
Siempre hemos vivido en el castillo
Este es uno de esos libros que me llamaba mucho la atención no solo por las buenas críticas (que también) sino por la temática un tanto escabrosa en la que se centra. Sí, el título y esas palabras de bienvenida eran alicientes que me instaban a conocer qué extraños misterios se ocultarían en la decadente mansión de los Blackwood, pero en cambio me encontré con una protagonista de 18 años que habla en primera persona sobre tres temas principales a lo largo de toda la novela: la comida, su gato y su hermana mayor Constantece.
Y yo pasaba y pasaba las páginas y me preguntaba dónde estaba el misterio, cuándo se explicaría ese hecho sórdido o esa sorprendente revelación, pero no había manera de engancharme, sino al contrario: fui perdiendo poco a poco el interés hasta que se me hizo cuesta arriba la lectura. No obstante, por fin terminé la novela con la clara sensación de que Siempre hemos vivido en el castillo es uno de esos libros que no parece tener un objetivo predefinido, que quiere contar algo que queda como a medias (y tú con él).
Me recuerda a un lápiz sin afilar, porque se le podría sacar mucha más punta y crear algo bastante interesante, pero bueno, obviamente  nadie se puede meter en la cabeza de un escritor para cambiar las ideas que tiene para crear su propia historia. En fin, no parezco estar muy en racha. Espero que vuestras últimas lecturas estén siendo más satisfactorias que las mías (por lo que tendré muy en cuenta sugerencias y recomendaciones).¡Buen comienzo de semana!

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