Revista Cultura y Ocio

Siempre tuyo (Daniel Glattauer)

Publicado el 16 julio 2012 por Ojolector @elojolector

Mi valoración: 3.5 out of 5 stars

 ¿Cuánto amor eres capaz de soportar? Una novela contra la enfermedad del amor Judith conoce accidentalmente a Hannes en el supermercado. Unos días después, él se presenta en la pequeña y exclusiva tienda de lámparas que Judith lleva con Bianca, su asistente. Hannes es arquitecto, está en su mejor momento, y es el yerno con el que cualquier suegra soñaría. También los amigos de Judith quedan seducidos de inmediato. Al principio Judith está muy emocionada y disfruta de cada momento con Hannes, que sabe cómo mimarla y complacerla. Sin embargo, poco a poco, percibe que la devoción de Hannes es excesiva. Se siente controlada y atrapada. ¿Es sólo su impresión, o tendrá que pedir ayuda?

Siempre tuyo (Daniel Glattauer)Después de leer algunos de sus libros, he de decir que la impresión general que tengo de Daniel Glattauer es la de un escritor que no sabe terminar sus libros. En Contra el viento del norte era imposible saberlo ya que su final era abierto y tenía continuación. No obstante, creo que os comenté en la reseña de Cada siete olas, que este terminaba de manera demasiado abrupta y precipitada. Y, en Siempre Tuyo, pasa exactamente igual, me temo. Glattauer es un buen escritor -nadie lo pone en duda- pero, desde mi punto de vista no mide bien los tiempos. Es exhaustivo en cuanto al desarrollo general de libro, es decir, ahonda totalmente en la psicología del personaje, en la trama, y puede ser bastante insistente en exponer una idea, sin llegar a ser pesado. Sus libros enganchan muchísimo, desde el punto de vista de que genera ciertas expectativas, las tramas no suelen ser nada previsibles y te mantienen en vilo. Los diálogos y las situaciones que encadenan son frescas y naturales, originales. Pero tiene un grave problema, a mi entender: no lleva bien eso de los finales. Los deja inconclusos, no los termina, no los explica, y no les da nada de peso dentro de la narración. Una espera que se tome las mismas molestias en terminar un libro que en el resto del mismo, y eso no llega a pasar. Para que os hagáis una idea, corriendo el riesgo de ser bastante gráfica, es como un gatillazo después de un montón de prolegómenos. Durante toda la extensión del libro, las expectativas se hinchan y se hinchan, para encontrarse con un final… que se queda en nada. Lo que da bastate pena, ya que, durante todo el tiempo de lectura del libro, has disfrutado muchísimo. El final de Siempre tuyo se escapa entre las manos. Todo se cierra en apenas 5 páginas. Es como si a Glattauer, mientras que escribía el final de su libro en un documento Word, le hubiera aparecido una ventana emergente anunciando “Este documento se autodestruirá en cinco minutos” y tuviera que apañarlo todo para acabarlo lo antes posible… aunque mal. Y no es que el final sea malo, inesperado, incoherente… es que apenas lo desarrolla. Dejando aparcados los finales, he de decir que Siempre tuyo trata sobre una historia de amor. En realidad, todos los libros de Glattauer tratan de lo mismo: del amor, siempre contemplado desde un prisma o enfoque distinto. Si en sus primeros libros nos sumergía en una relación “anónima” basada en internet, en el libro que nos ocupa, el romanticismo se mezcla con intensas tramas de suspense y misterio. En algunos momentos, es un estilo a Los renglones torcidos de Dios, aunque sin rozar la excelencia de la novela Luca de Tena. El libro se dirime entre la razón y la locura, entre lo enfermizo y lo natural. Ahonda en la soledad. En la edad en soledad, más concretamente, en las segundas oportunidades y en el horror. Lo mejor del libro es todo menos el final. Es increíble como Glattauer te sumerge en toda la intriga que rodea a la historia, manteniendo el suspense hasta el final. Algunas veces piensas que, realmente, el libro habla de una historia de amor, otras que lo domina la enfermedad, la crueldad y el egoismo. Desde luego, aunque con mal final, nos encontramos con una historia de amor distinta a la que quizás deberíais darle una oportunidad…


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