Siendo lo que no somos

Jamas permitamos que los complejos y decepciones
nos hagan perder el sentido de quien somos.

EL mundo está lleno de personas que aparentan. Solo les preocupa vivir aquello que, piensan, les permitirá ganar la aceptación de los demás. Están tan enfocados en eso que pierden la oportunidad, aunque no les intereso, de ser ellos mismos.
Aparentar es la moda del momento. Aparentamos lealtades que, si las analizamos, no son ciertas sino el resultado de nuestro deseo por “encajar” o “estar bien con los jefes”. Adoptamos posturas sin siquiera sentarnos y autoevaluarnos para ver si en verdad las creemos. Tomamos la bandera de guerra contra cosas, no porque en verdad las creamos o nos afecten directamente, sino porque otros (dirigente político, gremial, eclesiástico o laboral) lo hace, y para no ser la oveja negra del grupo las adoptamos… ¡siendo más agresivos que quienes las promovieron originalmente! A esto le llamo el Síndrome de “Yo muestro mi lealtad al fuhrer”.
¿Quién eres? ¿Eres en verdad lo que muestras y vives o lo que vives y muestras es en verdad lo que los demás quieren y esperan de ti? A parte de hacerte hipócrita y mentiroso; te resta la posibilidad de explotar esa personalidad que tienes. ¿Quién eres? ¿Una persona con sueños? ¿Un niño o una niña grande que disfruta de la vida? ¿Alguien con criterio propio? ¿Una persona que no teme irse por lo verdad aunque no sea política, ni gremial ni laboralmente correcto? ¡Es el momento de conocernos, aceptarnos y amarnos de tal forma que podamos ser quienes en realidad somos y que se reparta suerte! Al final, tu solo dependerás, aparte de Dios, de ti mism@. ¡Es bueno que lo pienses!