Revista Opinión

Sigamos en lucha y guerra – Mensaje de año nuevo

Publicado el 31 diciembre 2014 por Liberal

En primer lugar, quiero darle las gracias especialmente a dos personas este año – Pedro Fresco, autor de La república heterodoxa y a Daniel García, autor de Ciudadano Jack – el señor García es un nuevo fichaje para estos círculos, un nuevo compañero pero sin duda un buen aporte para el liberalismo que aquí defendemos. Al señor Fresco le doy las gracias por sus contribuciones positivas a este blog que al final acabaron por educarnos en muchos temas y demostrarnos que dialogando sí se consiguen cosas, que a veces es necesaria la unidad entre elementos de diversa procedencia.

Mi mensaje de hoy no será, como suele pasar siempre, del agrado de todos los lectores. Hemos perdido casi la mitad de los antiguos comentaristas porque se dieron cuenta que aquí el fascismo no tiene cabida en ninguna de sus manifestaciones o variantes. Aquí no cabe el ultraderechismo, las ideas rancias, la “caspa”. Aquí solo cabe democratización, liberalismo, igualdad, progreso, prosperidad, lógica, razón, ilustración.

En casi todos los movimientos sociales liberales comprometidos con el progreso, llega el momento en el cual sale de la nada un provocador, un desequilibrado o un extremista política para cometer un acto bárbaro y sanguinario. El estado a menudo se aprovecha de esos actos para desacreditar o reprimir un movimiento. Sin importar las motivaciones detrás de la acción, el acto es lo suficientemente atroz como para confundir un movimiento.

Es aquí cuando un movimiento puede perder su fuerza y también perder aquellas personas que no estaban muy comprometidas desde un principio.

Con el reciente asesinato brutal de dos policías en Nueva York, el movimiento contra la violencia policial está en un momento crítico. El “sistema” no ha parado de intentar decir que aquellos que estamos con las víctimas de la violencia policial tenemos “sangre en nuestras manos”. Dicen que “la negrada” y “la chusma progre”, no la violencia policial contra gente de color, ha creado la tensión entre la policía y la comunidad. En mi mensaje de hoy para fin de año, quiero usar ese ejemplo para daros un mensaje más amplio de la lucha política que se avecina y nos interesa (aplicable a todos los países occidentales que sufren problemas parecidos).

Esta violencia repugnante contra los policías inocentes NO puede usarse como razón para reprimir un movimiento que no es violento.

En primer lugar, un hombre con problemas mentales intentó asesinar a su novia en Baltimore, antes de asesinar en sangre fría, ejecutar, a los dos policías en Brooklyn. Este indeseable no tenía NINGUNA CONEXIÓN con ningún movimiento social liberal, no tenía conexiones ni siquiera con la ciudad de Nueva York y desde luego no era ningún líder contra la violencia policial.

En segundo lugar, la tensión que existe entre la policía y las comunidades de color no es un invento “progre”. Era y es el resultado de años de prácticas policiales dentro de las comunidades latinas y afro-americanas. El hecho de que un varón afro-americano menor de 25 años tiene 25 más veces de probabilidad de ser asesinado por la policía antes que un varón blanco de la misma edad no es un invento “piji progre”.

Es un resultado directo de la historia de supremacía blanca en Occidente y policías que no responden realmente ante la ciudadanía. Como todos los linchamientos, esta represión que vemos, esta creciente militarización de la policía en Occidente sirve para implantar el terror y el miedo en la población, para que tengamos que pensarlo más de dos veces a la hora de exigir justicia y cambios para el progreso.

Las tensiones entre los ciudadanos de color y la policía no son nada nuevo. En el caso de Europa, también se da en prácticamente todos los países. Cuando no, normalmente entonces optan por reprimir a los pobres de cualquier color. El caso español ha sido especialmente notorio, desafortunadamente – hemos tenido policías golpeando de forma criminal a ancianas, a jóvenes en paro, a pensionistas y a sindicalistas. Las imágenes que todos podemos ver de la policía española y su comportamiento en las manifestaciones son realmente repugnantes y propias de una dictadura árabe o dictadura fascista de la época de Franco. Es realmente espeluznante pero más preocupante aún es la tolerancia del pueblo español ante estos atropellos contra las libertades.

No hay ninguna razón para abandonar nuestras manifestaciones y protestas. El movimiento por el progreso y la recuperación de la democracia debe ser global, además. Se trata de seguir denunciando las grandes diferencias de trato y oportunidades entre los que más tienen y los que menos tienen.

Ganar esta guerra no se limita a reformar la policía. La brutalidad policial no puede verse como hechos aislados sino como el resultado de una sociedad cada vez más dividida económicamente, racialmente y políticamente. Estamos siendo testigos, nuestra generación joven, de una sociedad cada vez más represora, autoritaria. La lucha contra el autoritarismo y la represión es una guerra por la democracia real; una guerra que debe ampliarse a otros frentes deficientes actualmente: la vivienda, la educación, el empleo y la sanidad. Hemos ido perdiendo todos esos derechos, especialmente los más pobres.

Por eso es necesario resucitar un gran movimiento “lincolniano” por los derechos civiles, pero más importante que eso – necesitamos una reconstrucción, una nueva regeneración total de un sistema caducado que solo sirve para perpetuar los privilegios de una minoría criminal en todos los sentidos que ya no nos representa.

El 2015 será un año decisivo para resolver esta cuestión pendiente.

Feliz Año a todos los señores lectores.


Sigamos en lucha y guerra – Mensaje de año nuevo
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