La editorial Blackie Books cuida la edición de sus libros hasta el más mínimo detalle. Así, este libro, Signatura 400, de Sophie Divry, es un mimo: la preciosa portada de pasta dura, el fajín (como si una ficha de biblioteca se tratase), los dibujines del interior,... y, encima, comienzas a leerlo y te encuentras una pequeña y deliciosa obra como ésta.
Didier Anzieu El cuerpo de la obra"La lectura es, junto con la amistad, uno de los recursos más eficaces para sobrellevar el dolor de la pérdida. Nos ayuda, en general, a elaborar el duelo por los límites de nuestra vida, los límites de la condición humana."
Una anónima bibliotecaria, invisible para casi todo el mundo, llega como cada mañana a su puesto de trabajo en el sótano de una biblioteca de provincias; está encargada de las signaturas 900 y 910: geografía y urbanidad, los grandes olvidados de la biblioteca. Allí se encuentra a uno de los lectores habituales, que se ha quedado dormido y ha tenido que pasar la noche allí mismo. Y dirigiéndose a él comienza nuestra protagonista su monólogo.
"La escritura solo llega cuando algo no funciona. Si todo el mundo fuese feliz en la tierra, no se escribiría más que recetas de comida y tarjetas postales, no habría libros, ni literatura, ni bibliotecas."
Sophie Divry
Y de una cosa pasa a otra. Se nos presenta como una mujer que ya empieza a sentirse vieja, soltera y cuya mayor compañía son indudablemente los libros. Y nos informa sobre la clasificación de Dewey y la vacía signatura 400; conocemos su opinión sobre lo que se entiende por cultura y sobre los clásicos, los best-sellers; nos da algunos datos de su vida personal, de cómo un desengaño amoroso la llevó a ser bibliotecaria, de sus inseguridades, de su secreta devoción por Martin, un habitual de su sección, de la monotonía de su vida. Y nos habla también de la gente que frecuenta la biblioteca, de lo que buscan y aquello de lo que huyen cuando se refugian entre los libros."... la revolución no se gesta en el ruido, sino en el silencio susurrante de las lecturas personales."Ella habla y habla, y cuenta y cuenta, y tanto su interlocutor como yo la hemos escuchado absortos, sin pestañear, asintiendo por momentos, riéndonos con sus ironías y sarcasmos en ocasiones, y dibujando una triste sonrisa cuando percibimos la terrible soledad que la envuelve.
"Los dos juntos, libro y lector, en el momento adecuado de la vida de cada uno, eso puede producir chispas, una llamarada, una hoguera, puede cambiar una vida."Muchas gracias, Ysabel, por tu recomendación. ¡Todo un acierto esta joyita! Esperemos que su autora, que acaba de debutar con este libro, no tarde mucho en publicar el segundo.
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